Por dónde empezar

No Es Tan FacilYa he hablado alguna vez de ScriptShadow, una web que comenta guiones de actualidad en Hollywood, en la mayoría de los casos pendientes de producción, invitando a los guionistas a que aprendan el oficio a través también de los errores y aciertos de los demás. Esta semana el gurú del guión John August la buscaba el lado negativo al asunto, no sólo con uno sino con dos artículos en su blog referidos a las consecuencias negativas que ScriptShadow está teniendo en el tráfico de guiones en Hollywood, pero polémicas aparte, yo sigo aprendiendo de los comentarios de Carson Reeves, especialmente de esa conclusión que agrega a cada crítica bajo el epígrafe «What I learned».

Por ejemplo el lunes analizaba el guión de It’s Complicated («No Es Tan Fácil»), la nueva película de Meryl Streep y Alec Baldwin, y la moraleja de ese análisis casa muy bien con los contenidos de la nueva sesión del podcast, ya disponible, dedicada a la página en blanco.

La historia es la siguiente: Matrimonio de mediana edad se divorcia. Él se va con una más joven y se vuelve a casar. Con el tiempo, ese matrimonio también flojea: no tienen nada en común y ya ni siquiera se acuestan juntos. Diez años después, la ex-pareja se reencuentra en la graduación de su hijo y recuerdan viejos tiempos. Beben y acaban juntos en la cama. De repente, la «señora» se ha convertido en «la otra», «la amante», «la querida«.

Esa es la premisa. ¿Por dónde empezamos a contarla?

Un escritor principiante se aseguraría de presentar las situaciones y los personajes desde el momento en que la pareja está casada, se divorcia, luego pasan los años (quizá con una elipsis, quizá con un montaje de imágenes a modo de resumen), etc.

La guionista, Nancy Meyers, que tiene más experiencia que nosotros en estos menesteres (Jumpin’ Jack Flash, El Padre de la Novia…) va al grano y empieza la historia diez años después del divorcio. La historia pasada de estos personajes se alude de forma rápida y eficaz en diálogos, y así todo se centra en esta historia presente que es la que hemos venido a ver.

La moraleja es la siguiente: pregúntate si has comenzado tu historia lo suficientemente tarde.

Primer

Poster de PrimerHoy mencionaba de pasada Vigalondo en su Twitter (muy gracioso, por cierto, os lo recomiendo) la película Primer, que recuerdo como uno de los bostezos más grandes en la historia del cine. A mi acompañante le encantó, vamos, se pegó una siesta de dos horas memorable. Hasta la butaca se acuerda, todavía. Me llama a veces y me dice, eh, qué tal, ya no venís a dormir nunca…

Y me preguntaba yo otra vez por qué aquella peli independiente de ciencia-ficción (con énfasis en lo de «ciencia») sobre paradojas temporales incomprensibles (¡con lo que me gusta a mí una peli que no se entiende!) pasó por mis retinas con mucha (mucha) más pena que gloria.

Recuerdo que empezó a no gustarme desde muy al principio, cuando los protas andaban dando vueltas por su garaje montando cacharritos y soltando palabrería científico-técnica como si les fuese la vida en ello, o más bien como si llevasen toda la vida haciéndolo. Ahí empezó a fallar: lo que decían no tenía sentido. Y no es que no lo entendiera. Mis conocimientos de física son limitados, pero estudié ingeniería informática un par de años así que no soy del todo virgen en la materia. El caso es que mucho de lo que decían estaba fuera de mi alcance. Pero algunas cosas sí las entendí… y estaban mal.

A partir de ahí, todo lo que salía por sus bocas empezó a parecerme palabrería pedante de guionistas que intentan hacerse los listillos sin saber de lo que hablaban. Lo que me devuelve a la pregunta: ¿cómo semejante guión tuvo tanto éxito de crítica?

Pero hoy se me ha encendido la bombilla: ¡es que yo vi la película doblada! ¿No estará ahí el quid de la cuestión? ¿Y si los guionistas se documentaron debidamente pero los traductores no lo hicieron? (Esto ya parece un post de mi compañero Pablo Muñoz en vez de mío, pero sed pacientes.)

Así que me ha entrado la duda. ¿Debería volver a ver la peli, esta vez en versión original? ¿O seguirá siendo igual de mala, y volveré a perder otras dos horas de mi vida? Si alguno de vosotros la ha visto, decidme, ¿qué os pareció?

Pero a lo que iba todo este rollo: cuando escribais una historia del tipo que sea sobre el tema que sea, documentaos. Siempre (siempre) habrá espectadores que sepan más que tú sobre cualquier tema, y no por eso hace falta convertir tu película (o tu novela) en una enciclopedia (aunque a Reverte le funciona… entre otros); pero si lo que escribes es mentira o no tiene sentido… ¿Recordais lo que dije hace tiempo en el podcast sobre suspensión de la incredulidad? Pues se va a tomar viento: el espectador se vuelve incrédulo y el resto de tu historia no le interesará lo más mínimo.

Escribid sobre lo que conocéis, y aquello que desconozcáis… aprendedlo.

Prosa innecesaria

Lost. Endangered SpeciesCuando pensé que las novelas de Perdidos me ayudarían a matar el mono hasta que la sexta temporada empiece el año próximo, sabía que me arriesgaba a leer libros mal escritos. Pero no estaba preparado para esto:

-Gracias -le dijo con gratitud. (Pág. 28)

Un complemento adverbial redundante que, encima, es una abstracción. No es ya que el libro parezca escrito por una quinceañera con problemas de aprendizaje. Además, es que es aburrido hasta decir basta.

Sin embargo, decidí terminarlo porque ejemplifica tantos errores que… en efecto, ¡se puede aprender de ellos! Me costó lograrlo, ¿eh? Continuamente me rechinaban los dientes con cosas como esta. Un personaje acaba de ser apuñalado:

Su rostro registraba sorpresa, confusión, y dolor. (Pág. 169)

¿Se puede ser más evidente? En fin, perlas como esas hay muchas, pero ahora no me voy a poner a buscarlas. Si en frases sueltas se puede apreciar lo superficial del texto, imaginaos en párrafos, páginas y capítulos enteros.

Los caracterización de personajes es superficial, sus acciones son inconsistentes, las descripciones no resultan en absoluto visuales, el suspense no existe, las escenas de acción son confusas, la protagonista es apática (a veces te ríes de lo tonta que es, a veces te dan ganas de pegarle con el libro en la cabeza)…

Pero de todos los libros me gusta aprender lecciones, y este no iba a ser una excepción. La autora no parece seguir ninguna de las pautas o reglas que los teóricos o yo inculcamos, y de hecho no logra ninguno de los objetivos que se persiguen al seguirlas. Así que quizá no andemos del todo desencaminados. Si bien no me gusta enseñar lo que no se debe hacer, a veces está bien verlo hecho para no repetir los errores de otros. Vamos, que me daré un descanso y e el futuro cogerle el siguiente. Con dos pares. Y si alguien se atreve, que me siga.

De compras: Perdidos: Especies en Pelibro de Extinción, de Cathy Hapka

Donaciones y otras cuestiones

El amigo Jorge Montes, desde México, ha tenido el honor de convertirse en el primer oyente en realizar una donación para el podcast. Mis cálculos son que si un 5% de los oyentes habituales realizase una donación personal de 10 euros, los gastos del servidor quedarían cubiertos durante un año. ¿Qué te parece? ¿Te animas?

Jorge aprovecha también para lanzar un par de preguntas:

En un mundo gloablizado donde aspiramos a que nuestras obras traspasen fronteras, ¿cómo escribir los diálogos de una forma más universal y que no se escuchen falsos? Me explico mejor, yo vivo en México y mis referentes, son de acá conozco cómo hablan los jóvenes de acá, pero si aspiro a concursar en un certamen de novela o guionismo internacional me surgen dudas sobre si debo eliminar los localismos y tratar de escribir en un tono neutro, lo que le resta algo de color a las obras. ¿Cómo se enfrenta un profesional ante este reto?

La pregunta tiene miga, y no creo que exista una respuesta clara. Yo, que leo mucha más literatura anglosajona que hispanoamericana, desconozco los matices que los autores «profesionales» (si es que eso existe) dan a sus obras. No son muchas las películas mexicanas o argentinas que llegan a España, pero las que lo hacen no prescinden de sus formas y acentos. Si lo intentaran, serían seguramente artificiosas y falsas. Algunos directores han optado por rodar en inglés, los más grandes quizá (al menos comercialmente) como Del Toro, Cuarón, Amenábar, Iñárritu… Después de todo, el inglés es el idioma de la globalización, ¿no? Pero lo importante, creo yo, es que el autor se sienta cómodo con lo que está escribiendo. Del mismo modo que no puedes escribir sobre unos personajes que no te interesan o no saldrá nada bueno de una historia que tú no te crees, tampoco puedes utilizar un acento que no sientes como tuyo. Busca un lenguaje que sea auténtico para tu historia y tus personajes. Si son de hoy, son de México y son de la calle, deja que hablen como hablan los mexicanos contemporáneos en la calle. Cualquier otro caso te dará otras voces. Recuerda: lo universal se alcanza a través de lo local, del mismo modo que la idea se alcanza a través del ejemplo (o la abstracción se comprende a través del caso concreto).

También quisiera hacerte una sugerencia para el taller y esta es que en algún programa hables sobre algunas estrategias para lograr que nuestro trabajo se vea publicado o filmado. ¿Cómo acercarse a las editoriales, agentes literarios, concursos o productoras? Sé que quizá no es tema de un taller de creación, pero creo que muchos de los que te seguimos tenemos la intensión de no sólo escribir como pasatiempo y nos serviría conocer tu experiencia.

En efecto, este es un tema que queda totalmente fuera de las intenciones del taller, que se centra en crear historias, por lo que dudo que por mucho tiempo le dedique una sesión a ese tema. Además, siento un autor amateur yo mismo, sería pretencioso decirle a nadie cómo verse publicado. Mi mejor consejo es que saques tu trabajo a la calle, de la forma que sea. Te puedo dar las ideas de las cosas que he probado: escribir una novela «en directo» a través de un blog (poca repercusión, internet no es lugar para leer novelas); rodar mi propio corto (algunos premios y uno de los más vistos en Youtube en castellano); enviar trabajos a todo tipo de certámenes y concursos, empezando por aquellos locales y más modestos (los rechazos te enseñan modestia y los premios señalan tus puntos fuertes); escribir guiones para directores amigos (sin el esfuerzo de rodarlos tú mismo, te aseguras de que salen a la calle); etc. ¡Por no hablar del podcast! En la mayoría de los casos, la respuesta no es proporcional al esfuerzo invertido, pero el primer beneficiado es uno mismo, que va ganando experiencia como escritor. El feedback, a través de las reacciones de público, amigos, lectores o jurados, puede ser un bonus significativo. Por supuesto hay autores que le tienen fobia a esta faceta de la profesión. Quienes se vuelcan en algo esperando resultados y sin pasión, no llegan a nadie, así que de nuevo deberás ver con qué te sientes cómodo y qué te apetece hacer.

Esos son mis consejos para ti, amigo Jorge, pero seguro que de nuestros colegas tendrán algo que aportar en los comentarios…

Gustos

«Les explico a mis alumnos que para contar cuánto le gusta a uno una cosa, tiene que explicar la relación que tiene con ella. Entonces no harán falta grandes adjetivos: el lector lo entenderá.»

De la entrada «El suspiro del moro« en el blog mássobreloslunes.

Un spec (o dos)

Interesante el artículo de Amanda la aspirante a guionista sobre los guiones especulativos.

¿Qué es eso, te preguntas? Pues lee el artículo o la traducción que proporciona el compañero Pianista (no menos interesantes son algunos de los comentarios que le siguen).

Escribir specs es un buen ejercicio sin duda (preparaos quienes seguís los ejercicios del foro, porque cualquier día os encargo uno de estos ;-), aunque probablemente bastante inútil en el mercado hispano hablante (o al menos en España, ¿alguien tiene más pistas desde el otro lado del charco?).

Personalmente, prefiero escribir cosas que se vayan a producir (aunque no me saque un duro y siga siendo un ejercicio, al menos están en la calle), pero no descarto probar a hacer uno de estos por probar.

Marsé contra la ‘prosa sonajero’

Juan Marsé, por Caterina Barjau
Juan Marsé, por Caterina Barjau

«Ahora parece que suena menos la prosa sonajero en la literatura española. Me gustan las novelas en las que no noto que estoy leyendo porque me absorben. No me interesan las florituras ni eso que antes se llamaba prosa galana».

Otras citas del nuevo Premio Cervantes, en El País