Ayer veíamos lo que algunas viudas hacen con el legado de sus venerables maridos. Salinger había declarado que nunca vendió en vida los derechos cinematográficos de El Guardián entre el Centeno para poder dejarle esa posibilidad a su familia a modo de herencia, pero lo de vender su retrete y escribir una carta de autenticidad ya me parece excesivo.
Pero en fin, de excéntricos está el mundo lleno, y por eso hoy traemos otro. El mancuniano Jonathan Callan ha decidido que lo de calzar una mesa está muy visto y ha buscado nuevos usos para su biblioteca. Ahora se dedica con paciencia y tornillos a construir estas obras de, ejem, arte. Perdón, es que me ha dado la tos.
No, en serio, me parece muy creativo, pero también un poco feo, ¿no?
Y tú, ¿qué es lo más raro que has hecho con un libro?
¿Lo más raro que he hecho con un libro? En los tiempos que corren… leermelo.
La verdad es que soy bastante conservador en el uso de los libros. También los leo y de vez cuando, como todo el mundo, he calzado algún mueble o mesa con ellos. El concepto de arte hoy en día es más bien subjetivo. Recuerdo una vez que entre en un museo de arte moderno y vi una composición que consistía en un muro alicatado, una percha de pie con dos sombreros y no recuerdo si un inodoro o un lavabo. La verdad es que el alicatado era chulísimo, y pensé: «En mi cuarto de baño quedaría precioso. Hay obras de… Leer más »
Este post me viene al dedillo para colgar un par de enlaces. El escritor Norberto Luis Romero, excelente cuentista, hace una especie de trabajos manuales con sus cuentos que son una maravilla, los cuentos y los trabajos. Pero lo mejor es que los veáis.
http://wwwnorbertoluisromero.blogspot.com/2010/08/libro-objeto.html
http://wwwnorbertoluisromero.blogspot.com/2010/07/plaquetas.html
Ya me diréis.
En realidad me gusta mucho el arte moderno, aunque lógicamente la mitad de las veces no me diga nada o me parezca una estafa. Pero cuando encuentras un artista u obra que te gusta es genial, porque generalmente te sorprenden con cosas que no esperabas.
Los enlaces son curiosos, Jesús, yo no tengo manos para hacer esas cosas, ni paciencia.
Acabo de recordar que de niño usaba los Super Humor como paredes y suelos para construir «habitaciones» en el bajo de un armario. Mi madre vaciaba ese bajo cada verano para que lo pudiera usar para jugar durante las vacaciones. La altura sólo me daba para dos plantas y la segunda era muy pequeñita, no recuerdo qué libros usaba para paredes ahí, alguna novela juvenil, supongo. Luego poblaba el edificio con mis muñecos («clicks» de Playmobil, sobre todo) y me montaba mis historias. La mayoría de las veces el edificio era un hotel, con cajas de cerillas por camas. Qué… Leer más »
Alex, me has hecho recordar mi infancia! Yo tenía muchísimos «clicks» de Playmobil. Con los libros de los cinco y los tres investigadores construía un castillo de dos o tres plantas donde me montaba mis batallitas con los soldados de la edad media. El castillo, para que te hagas una idea, se parecía al edificio de «13 Rue del Percebe».
También fui un niño algo solitario e introvertido.
Jaja, en efecto mi hotel era como tu castillo, un 13 Rue del Percebe. ¡Con razón dicen que los libros son para dejar volar la imaginación! ;D