
A Lavaca le gusta pastar por los poemarios del mundo. A veces, cuando los sonidos que hace un poema en su tripa le gustan, Lavaca los rumia durante un tiempo, y acaba por responder. El castellano de Lavaca no es muy bueno (porque es una vaca), y le cuesta teclear con las pezuñas. Por eso he decidido echarle una mano en esta nueva aventura y le he abierto un par de blogs para que se exprese en castellano o inglés.
A ver con qué nos sorprende…