A mí el exceso de redes sociales ya me toca la moral, porque si no estás en Myspace y en Twitter y en Facebook y en nosécuántas más, parece que no seas nadie… Pero al grano. Los famosos también se apuntan. Los blogs son para antiguos (como yo). Ahora lo que se lleva es el microblogging: estar escribiendo minitonterías cada diez minutos. Lo gracioso es que los «grandes» también lo hacen. Si quieres seguirle la pista a ídolos como Kevin Spacey, Donnie Wahlberg o Demi Moore, lo tienes fácil. O bien (a lo que vamos nosotros), si quieres saber cómo es el día a día de guionistas de la talla de Neil Gaiman (Stardust, Coraline), Seth MacFarlane (Padre de Familia), Eric Roth (Forrest Gump, Benjamin Button) o Diablo Cody (Juno, The United States of Tara), los tienes a todos en Twitter. La lista, si no completa, al menos sí bastante extensa, aquí.
Abril es el mes de Script Frenzy, la iniciativa de The Office of Letters and Light (padres también de Nanowrimo) para la creación de guiones (cinematográficos, dramáticos o de cualquier otro tipo). Servidor ya ha aceptado el desafío y se ha propuesto escribir una comedia surrealista que, por el momento, cuenta con el título provisional de «¡Pisa el tigre!». Ya veremos a dónde conduce la aventura. Y tú, ¿que estás escribiendo?
Ya hay episodio 2 de la divina Mrs. Carrington (que promete estrella invitada para el 3), sesión 13 del podcast en plan gangoso (ando ronco) pero con jugosos temas de debate, libro en la calle (online lo encuentro en las ignotas Proteo y Canales 7) y hasta algún vídeo de eventos recientes. ¡Seguimos en la brecha!
Este otro video parece que sólo funciona en Explorer.
Escribe el amigo Darksei: «me gustaría proponer como segundo ejercicio, un microcuento, de un tema a alegir por ti (que sea sencillito, je je) y de un número recucido de caracteres: Entre 100 y 200 palabras.»
El microrrelato es una forma de ficción muy interesante de la que hablaremos en algún momento, más adelante. Por el momento estoy evitando mencionar siquiera la microficción, no porque no me guste (que me encanta) sino porque ya me ha ocurrido en talleres anteriores que una vez que empiezas a escribir microrrelatos, resultan tan cómodos que es difícil volver a pensar en algo más largo, no digamos ya un largometraje o una novela. Así que es mejor evitar malos vicios demasiado pronto.
De todas formas, por su extrema brevedad, no permiten desarrollar la mayoría de los conceptos que estamos estudiando: ni estructura, ni línea temporal, ni caracterización de personajes… Por supuesto son geniales para practicar el sintetismo (¿se dice así?) pero creo que tenemos cosas mejores que practicar por el momento. Así que, amigos fans de los microrrelatos, ¡paciencia!
Gracias a las propuestas de los foreros hemos creado una nueva sección en nuestro foro: los ejercicios: desafíos creativos para agudizar el ingenio, dinamizar el taller, ponernos a prueba y, ante todo, divertirnos.
¡El primer ejercicio ya está propuesto! ¿Aceptas el reto?
Hace tiempo mencioné lo importante que puede ser una buena primera frase para enganchar al lector, como lo puede ser una primera escena potente para enganchar al espectador. Hay quien discute que no es necesario, que a veces hay que empezar despacio e ir dando tiempo a que la historia crezca, y sin duda ciertas historias pueden requerirlo así, pero lo cierto es que no podemos dar por sentada la paciencia del espectador y cuanto antes nos ganemos su atención, mejor.
The American Book Review publicó hace unos meses su particular selección de las 100 mejores primeras frases de novelas. Entre ellas hay algunas indiscutibles:
– Es una verdad universalmente reconocida que todo hombre soltero en posesión de una buena fortuna debe estar en busca de esposa. (Jane Austen, Orgullo y Prejuicio)
– Lolita, luz de mi vida, fuego de mis entrañas. (Vladimir Nabokov, Lolita)
– Era el mejor de los tiempos, era el peor de los tiempos, la edad de la sabiduría, y también de la locura; la época de las creencias y de la incredulidad; la era de la luz y de las tinieblas; la primavera de la esperanza y el invierno de la desesperación. (Charles Dickens, Historia de Dos Ciudades)
– Era un día luminoso y frío de abril, y en los relojes daban las trece. (George Orwell, 1984)
Otras, personalmente, me parecen más discutibles. La de Moby Dick por ejemplo es el tipo de frase que sólo tiene fuerza en retrospectiva, para quien ya se ha leido la novela, pero que de por sí no engancha al lector:
Lo que más echo en falta son ciertos grandes ausentes. Dónde está…
– Cuando Gregor Samsa se despertó una mañana después de un sueño intranquilo, se encontró sobre su cama convertido en un monstruoso insecto. (Franz Kafka, La Metamorfosis)
Si habéis leido alguna de estas obras, decidme que estas líneas no os despiertan grandes recuerdos. Y si no lo habéis hecho, decidme que no os han despertado las ganas de saber más.
Podríamos hablar de qué hace buena a una primera frase, pero por el momento dejaré otra pregunta: ¿cuáles son vuestras primeras líneas favoritas? O mejor aún, ¿cuáles son vuestra primeras líneas?