Vocabulario con estilo

 

Taller Literario

¿Alguna vez te has peleado con un diccionario de sinónimos? A veces pienso que es una batalla perdida…

Para consolarnos, ya tenemos aquí una nueva sesión del podcast. El tema de hoy es tan amplio que apenas rozamos la superficie: la elección de la palabra precisa.

Como siempre, ¡se admiten comentarios!

Principiantes

Corre últimamente por los tumblr del mundo esta imagen. Dicen que fue William Shakespeare el que aseguró que «no puede uno nunca fiarse de las citas que corren por internet» pero, ignorando por una vez al bardo, vamos a ver qué dicen que dice este tal Ira Glass.

Nadie le dice esto a los principiantes. Ojalá alguien me lo hubiera dicho a mí. Todos los que realizamos algún tipo de trabajo creativo empezamos a hacerlo porque tenemos buen gusto. Pero existe esta laguna. Durante tu primer par de años produces material que simplemente no es bueno. Intenta ser bueno, tiene potencial, pero no llega. Pero tu buen gusto, ese instinto que te trajo hasta aquí, no cierra la bocaza. Es tu buen gusto el que hace que tu obra te decepcione. Mucha gente nunca supera esta fase; abandonan. La mayoría de la gente que conozco que hace cosas interesantes y creativas sufrieron esto durante años. Sabemos que nuestros trabajos no tienen ese algo especial que queremos que tengan. Todos lo hemos sufrido. Y si estás empezando y estás en esta fase, tienes que saber que es normal y que lo mejor que puedes hacer es seguir trabajando mucho. Ponte un plazo y acaba una pieza cada semana. Con un buen volumen de trabajo cubrirás esa laguna y tu obra estará a la altura de tus ambiciones. Yo tardé en aprender esto mucho más que nadie que conozca. Lleva tiempo. Es normal que lleve tiempo. Pero tienes que abrirte paso.

Ommwriter

Hay vida más allá de Microsoft Word. De entre los innumerables procesadores de texto disponibles, hoy os presento el más bucólico: OmmWriter.

Este curioso software está pensado para ayudarte a relajarte y centrarte en lo que inicialmente querías hacer cuando te sentaste frente al ordenador. En lugar de distraerte leyendo blogs como este, tú lo que querías era escribir. OmmWriter oculta tu escritorio, te pone música de fondo y te deja a solas con tus ideas.

No existen opciones que te distraigan, apenas cuatro tipos de fuente en cuatro tamaños distintos, y las opciones de guardar y cargar. Ni siquiera te permite usar cursiva. Sí te ofrece, en cambio, la posibilidad de elegir entre unas pocas músicas y texturas de fondo, solo tres de cada en la versión gratuita Dana I, algunas más en la de pago Dana II, incluyendo fondos basados en la cromaterapia.

¿Surrealista? Sí.

Pero funciona.

Disponible para Mac y PC

No vas a aguantar delante de OmmWriter más de una hora, pero ¿quién tiene más tiempo, la mayoría de las veces? Antes de que te des cuenta, y a falta de otra cosa mejor que hacer en ese entorno donde nada ocurre, habrás iniciado una pequeña historia, esbozado un personaje o retratado una situación. No escribirás tu novela en OmmWriter, pero quizá la comiences. O quizá escribas algún microrrelato, o una escena suelta que reutilices en algún otro sitio. Lo más probable, si vuelves a él cierta frecuencia, es que acabes con una carpeta de fragmentos inconexos en la que, dentro de seis meses, encontrarás auténticas joyas que habrás olvidado que, un día, salieron de tu cabeza.

Os recomiendo, cuanto menos, probar la experiencia. Y luego, contarme qué tal.

Las cien voces del diablo

Como es de bien nacidos ser agradecido, os cuento que me acaba de llegar al buzón (Bloguzz mediante) «Las cien voces del diablo«, una novedad firmada por Ana Cabrero Vivanco. Reza la frase promocional: «Una novela apasionada y exuberante, que arrastra al lector hasta su inevitable final». Digo yo que todas las novelas tienen un final, inevitablemente (bueno, supongo que con «La Rueda del Tiempo» no está tan claro). O quizá se referían a que lo que pasa al final es lo único que puede pasar, lo cual debe hacerlo de lo más previsible. En definitiva, que espero que el libro esté mejor escrito que el slogan. Lo pondré en la cola, que ya me ocupa dos estantes completos (y eso sin contar el Kindle).

A continuación, un trailer horroroso:

Día del Libro

¡Feliz día del libro a todos!

Hoy me he regalado el «American Gods« de Neil Gaiman, a ver qué tal. A mi novio, como ya es tradición, le he comprado uno de Palahniuk (esta vez ha tocado «Invisible Monsters«).

Por cierto, la Casa del Libro ofrece hoy 10% de descuento y gastos de envío gratis. ¡Aprovecha! Además, del 24 al 26 mantienen un 5% y los gastos de envío gratuitos.

¿Y tú, cómo lo has celebrado? ¿Te vas a regalar algo?

Secundarios Reloaded

¿Y quién dices que es la prota?

Hoy dos tips por el precio de una (o sea, gratis como siempre).

La Screenwriting Tip 522 dice:  Haz todo lo posible para que cada escena afecte al personaje principal de una forma u otra. Si hay demasiadas escenas en las que otros personajes llevan la voz cantante, podríamos empezar a olvidar quién es el verdadero protagonista de la historia.

A lo que yo añado: Esto no es problema en las historias corales (las cuales abundan en la televisión contemporánea, por motivos que comentaremos en otro momento). En los demás géneros, sin embargo, las historias corales son una rareza, y entonces conviene recordar este consejo que viene a ser otra forma de decir lo que decimos a menudo: tu historia es el conflicto de un personaje y todo cuanto escribimos debe estar al servicio de esa historia.

Y en la misma línea, la Screenwriting Tip 533 añade: No estés todo el rato creando secundarios de usar y tirar para que los protagonistas tengan alguien con quien interaccionar (CHICA 3, CONDUCTOR DEL BUS, HOMBRE CON SOMBRERO). Deja que los protagonistas hablen entre ellos.

Ese fue uno de los muchos problemas de las secuelas de Matrix: había tantos secundarios interesantes que el soso de Neo, por momentos, importaba bien poco. (De otros problemas de estas secuelas hablaremos pronto.) Un secundario extravagante puede darle mucho color a tu historia. Demasiados, le robarán el color a tu protagonista.

Uy esta, qué bien se lo está pasando.

De todas formas, hay que distinguir entre secundarios recurrentes y secundarios de usar y tirar. Los secundarios recurrentes forman parte integral de la historia. Acordaos del elenco de Mujeres Al Borde De Un Ataque De Nervios. Marisa (Rossy de Palma) presenta y da sentido a la subtrama del gazpacho, Kitty Manver (la abogada Paulina Morales) eleva la tensión y hasta el taxista cobra cuerpo porque sin él no habría persecución. Si la película no necesitara una persecución, la anécdota del mambo-taxi se habría eliminado del guión, y si el gazpacho no sirviera para librarse de los policías, tener a Rossy de Palma toda la peli dormida habría sido una tontería. Son esos puntos clave los que marcan la diferencia entre un secundario con peso y un extra de relleno.

Coppola

Este hombre acaba de ganar varios puntos en mi escala de admiración con esta entrevista.

Arte: Si vas hoy a un productor y le dices que quieres hacer una película que nunca se ha hecho antes, te echa a la calle porque quiere hacer la misma película de siempre, la que ha generado ingresos. Pero un elemento esencial del arte es el riesgo. Si no arriesgas, ¿cómo vas a crear algo realmente hermoso que no se haya visto antes?

Escribir un guión: Un guión debe ser como un haiku, conciso y claro. Minimalista. Porque cuando se haga la película, el director escuchará a los actores y al director de fotografía, que aportan grandes ideas, y luego hará lo que crea mejor. El cine es colaboración.

Dinero: Yo tengo otro empleo. Hago películas, pero me gano la vida en la industria vitivinícola. Trabajas en lo tuyo y te levantas a las cinco de la mañana para escribir tu guión. Hace 200 años, si eras compositor, la única forma de ganar dinero era viajar con la orquesta y dirigirla, porque entonces te pagaban como músico. No había grabaciones, no había royalties. Esta idea de la estrella del rock que se hace rica podría desaparecer, porque en esta nueva era quizá el arte sea gratuito. A lo mejor los jóvenes tienen razón y sí que tienen derecho a descargarse música y películas. Me van a fusilar por decir esto. ¿Quién ha dicho que los artistas tienen que ganarse la vida, que el arte debe costar dinero? Es mejor desconectar esas dos ideas.

Sobre este último punto, Neil Gaiman también tiene algo que decir (en La Cueva del Lobo han traducido unos fragmentos de sus declaraciones):

Los tiempos están cambiando. El debate continúa.