Cuando yo empecé a escribir, o al menos a tomármelo medio en serio, estaban muy de moda los fanzines. No eran ningún invento nuevo (se les atribuyen unos 70 años de historia) pero se volvieron muy comunes gracias a la facilidad de acceso a fotocopiadoras y otras formas de reproducción. Eran publicaciones caseras, organizadas entre amigos, y sus páginas se rellenaban gracias a la colaboración de amigos de amigos de amigos… que eran al final también los únicos que los leíamos.
Había fanzines de todos los géneros, dedicados a música o a juegos re rol, otros hablaban de política o de moda, y por supuesto otros recogían las creaciones literarias de jóvenes autores poco (o nada) conocidos.
La calidad de los contenidos iba pareja a la profesionalidad de sus creadores y colaboradores, es decir, muy irregular y tendiendo a baja. Quizá por eso, publicar en un fanzine no te llevaba a ninguna parte, pero muchos empezamos así y era un empuje de ilusión ver tus poemas o tus relatos encuadernados aunque fuese con dos grapas. Además era una forma interesante de recibir opiniones de lectores, aunque a menudo fuesen, como ya digo, los propios coescritores, que tendíamos a ser demasiado amables los unos con los otros.
Luego las cosas han ido cambiando. Los fanzines pasaron a llamarse «prensa gratuita» y a diversificarse abarcando desde periódicos semi-sensacionalistas como el 20 Minutos, a decanos del rock como MondoSonoro, pasando por muchas otras menos conocidas pero más interesantes, que satisfacen al más alternativo, y con un diseño y nivel de calidad sencillamente sorprendentes. Otro cambio ha llegado a través de internet y sus blogs especializados.
Pero a medio camino entre unos y otros, siguen existiendo los fanzines literarios. El otro día me escribieron de Revista Ohio para ofrecerme participar, y que corriera la voz. Yo no me he parado a enviarles nada, y ellos mientras tanto han sacado ya el primer número, que me ha recordado (en filosofía al menos) a aquellos fanzines de hace quince años. ¿Qué os parecen los contenidos? ¿Os animaríais a colaborar? ¿Y qué otros fanzines conocéis?