The Paris Review

La recomendación de hoy es para angloparlantes, pero si te defiendes con el idioma, contiene material para tenerte entretenido durante meses.

The Paris Review es una revista literaria con más de cinco décadas de historia a sus espaldas. Desde su fundación, evitó que la crítica literaria imperara en sus páginas, dando siempre prioridad a los trabajos inéditos y sirviendo así de trampolín a nombres hoy imprescindibles como Jack Kerouac, Italo Calvino o Samuel Beckett. Los editores se marcaron como objetivo que no fueran los críticos sino los autores quienes hablaran de su vida y su arte por sí mismos. Nació así la serie de entrevistas Writers at Work, que se ha convertido en una colección histórica de autorretratos literarios.

La buena noticia es que un número importante de estas entrevistas está ahora disponible en la página web de The Paris Review. Nombres del peso de Capote, Hemingway, Huxley, Stoppard o Vonnegut (por mencionar sólo algunos) disertan extensamente sobre su vida, su trabajo y, en ciertas afortunadas ocasiones, su acercamiento a la creación literaria. Próximamente comentaré aquí fragmentos de alguna que otra de esas entrevistas, pero mientras tanto, os dejo el enlace para que disfrutéis de unos tutores de auténtico lujo.

The Paris Review interviews
The Paris Review interviews

De compras: Jack Kerouac, Italo Calvino, Samuel Beckett, Truman Capote, Ernest Hemingway, Aldous Huxley, Tom Stoppard o Kurt Vonnegut

Tópicos

Dos cabras van andando por el monte. De repente se encuentran tirada en el suelo una cinta de video. Una de ellas se acerca, la olisquea, y CRANCH! CRUNCH! ÑOMPF! Se pone a masticarla hasta que se la come.

La otra, un poco sorprendida, le pregunta:

-¿Qué? ¿Estaba buena?

A lo que la primera, relamiéndose pensativa, responde:

-Psé… Me gustó más el libro.

La importancia de desechar buenas ideas

Esta vez la reflexión nace a raíz de algo que alguien dice que dijo Steve Jobs (Apple). Sea cual sea el origen, os recomiendo leer la historia completa aquí.

Para los perezosos, lo resumo. A la hora de desarrollar un producto, es fácil descartar las malas ideas. No es difícil tampoco identificar las ideas mediocres y deshacerse de ellas. Pero si se trabaja a fondo, aún quedarán sobre la mesa innumerables buenas ideas, y en esas circunstancias es fácil perder la perspectiva de que es imposible implementarlas todas. Intentarlo impedirá concentrar esfuerzos en ninguna de ellas, y el resultado será un producto lleno de buenas intenciones mediocremente ejecutadas.

Aunque esta teoría hable de empresas, trabajadores y productos, podemos aplicarla igualmente a creatividad, escritores y novelas: un exceso de ideas (por buenas que sean) impiden profundizar lo bastante en ninguna de ellas como para que el texto resulte interesante por ninguno de sus enmarañados contenidos.

Otro error típico de principiante (y en el podcast ya he hablado de unos cuantos) es intentar escribir una novela o largometraje que resuma nuestra visión del mundo, nuestras opiniones sobre política y sociedad, sobre el amor y sobre cualquier otra cosa de la que uno crea tener algo que decir. El resultado suele acabar distando mucho de ser una obra literaria, y parecerse más al monólogo etílico de quienes arreglan el mundo de madrugada desde el sofá de su casa. Tampoco hace falta ser monotemático, es bonito ser plural y el mundo es poliédrico. Precisamente por esto último, no intentemos meterlo entero en un fragmento de ficción.

Recordad que Poe recomendaba centrarnos en el efecto que pretendemos causar con nuestra historia y no desviarnos de él. Recordad lo que dice Michael Ende respecto a ocuparnos de una sola cosa cada vez. Recordad que las capas de una historia son contenido, forma y tema (o temas, pero en un plural pequeño que no pretenda abarcar todo el abanico de la experiencia humana). Recordad también lo que dijimos sobre las abstracciones, sobre percibir el mundo a través de los sentidos y que sea nuestra experiencia la que interprete lo vivido. No escribáis ensayos, no deis lecciones, pero sobre todo, no deis todas las lecciones. Elegid unas pocas buenas ideas y centraos en ellas. Vuestros lectores os lo agradecerán. El resto de las buenas ideas, las descartadas… bah, con el tiempo ya veréis si funcionan bien en alguna otra parte o si (seguramente) se os ocurren otras todavía mejores.

Cómo barrer una calle o escribir una novela

Dice Beppo Barrendero:

Momo, de Michael Ende
Momo, de Michael Ende

«Las cosas son así: a veces se tiene ante sí una calle larguísima. Se cree que es tan terriblemente larga, que nunca se podrá acabarla, se cree uno.

«Y entonces se empieza a dar prisa. Y cada vez se da más prisa. Cada vez que se levanta la vista, se ve que la calle no se hace más corta. Y se esfueza más todavía, se empieza a tener miedo, al final se está sin aliento. Y la calle sigue estando por delante. Así no se debe hacer.

«Nunca se ha de pensar en toda la calle de una vez, ¿entiendes? Sólo hay que pensar en el paso siguiente, en la inspiración siguiente, en la siguiente barrida. Nunca nada más que en el siguiente.

«Entonces es divertido; eso es importante, porque entonces se hace bien la tarea. Y así ha de ser.

«De repente se da cuenta uno de que, paso a paso, se ha barrido toda la calle. Uno no se da cuenta de cómo ha sido, y no se está sin aliento.

«Eso es importante.»

«Momo«, de Michael Ende
(traducción de Luis Ogg)

Sesión 11: La Imaginación

La sesión 11 del podcast del Taller Literario está dedicada a reflexionar sobre cómo utilizar nuestra imaginación como escritores, y a cómo debemos tener en cuenta la imaginación (y la inteligencia) del lector al escribir. De propina, algunas sugerencias sobre como ponerse las pilas y escribir en este nuevo año esa novela que llevamos tanto tiempo posponiendo…

Series

En el taller he hablado con frecuencia de la potencia que han cobrado en la última década las series de televisión como formato narrativo. No he descubierto la pólvora. El tema lo cubre de manera soberbia un extenso reportaje publicado en El País hace unas semanas y al que tengo poco que añadir.

Sí quiero animar, en cambio, a quienes aún no se hayan aficionado a esta nueva corriente a sumar las series a sus hobbies, sobre todo si es en sustitución de la aburrida televisión convencional y el absolutamente vacío zapeo. ¿Por dónde empezar? El artículo mencionado hace un buen repaso de las mejores series del momento, entre las que destacan por méritos propios las de HBO (Roma, Los Soprano, A Dos Metros Bajo Tierra, Sexo en Nueva York, Carnivàle, y la primera de todas, aún imbatida en su género: Fraggle Rock). La elección personal de cada uno debe depender de factores personales, empezando por los gustos (HBO para adultos, Fox para jóvenes tirando a frikis, etc.), cubriendo géneros (¿qué tal ir viendo una comedia y un drama paralelamente?), dependiendo de idiomas (¿disponibilidad de doblaje o preferencia por los subtítulos?) y teniendo en cuenta la disponibilidad de tiempo a largo plazo (series de 5 a 10 temporadas frente a miniseries de pocos capítulos) y también a corto (las duraciones por episodio oscilan entre los 22 minutos y la hora y pico).

La ventaja es que internet en general y la vaguedad de la actual legislación española en particular nos permiten descargar las series para disfrutarlas a cualquier hora. Aparte del archiconocido eMule, existen innumerables recursos, entre los que recomendaría el blog Espoiler o el buscador Taringa, por citar sólo un par. Si la facilidad te parece poca, ahora también te puedes llevar las series puestas en el iPod, iPhone o móvil de última generación, para verlas donde te dé la gana, gracias a webs como esta.

Mis recomendaciones podrían no acabar nunca, pero mis imprescindibles serían: Perdidos, que a pesar de los altibajos mantiene un nivel de intriga y una densidad de trama endiablados; Mujeres Desesperadas, que combina delicadamente humor y drama en una de las series más artificiales y humanas que se hayan visto; la poco conocida Carnivále, capaz de desbancar de su trono a la intocable Twin Peaks; y The IT Crowd, pura comedia del siglo XXI concentrada. Por supuesto, habría que salpimentar el cóctel con algunos episodios sueltos de Friends, Futurama, Los Simpson (pero quién no ha visto ya todas estas), House o Sexo en Nueva York, para ver lo que se cuece, y quizá la primera temporada de 24, aunque lo importante sin duda es husmear y elegir personalmente nuestras favoritas. El mar está lleno de peces, señoras y caballeros, y en sus profundidades se esconden innumerables tesoros. Pasen y vean.

De compras:
A Dos Metros Bajo Tierra: pack con la serie completa (5 temporadas)
Carnivàle: temporadas uno y dos (inglés)
Fraggle Rock: serie completa (inglés región 1 por desgracia)
Friends: pack con las diez temporadas
Futurama: pack con las cuatro temporadas
House: pack con las temporadas uno, dos, tres (incluye libro) y cuatro (va por la quinta)
Los Simpson: temporadas uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve, diez, once
Los Soprano: pack con la serie completa (6 temporadas)
Mujeres Desesperadas: temporadas uno, dos, tres y cuatro (va por la quinta)
Perdidos (Lost): temporadas uno, dos, tres y cuatro (va por la quinta de seis)
Roma: temporadas uno y dos
Sexo en Nueva York: pack con la serie completa (6 temporadas)
The IT Crowd: pack con las temporadas 1-3 (inglés)
Twin Peaks: pack con la serie completa
24: pack con las temporadas 1-6 (va por la séptima)

El Curioso Incidente del Perro a Medianoche

Desde que terminé de leer este libro hará cosa de un mes, no encontraba el momento de recomendarlo.

El curioso incidente del perro a medianoche
El curioso incidente del perro a medianoche

«El Curioso Incidente del Perro a Medianoche« me ha enganchado hasta el punto de despachármelo en tres tardes, y eso que no soy de leer rápido, ni mucho menos de jactarme de hacerlo, primero porque no lo hago, y segundo porque suele ser síntoma más de autocomplacencia que de placer por la literatura, opino. Pero (y esto sí es típico de mí) divago. Para el lector, decía, el libro es una delicia llena de recompensas a cada pocos pasos. Pero no me detendré a hacer una reseña al uso (principalmente para no contar de qué va y porque ya hay otros chorrocientos blogs que lo hacen) y en cambio hablaré de sus aciertos a nivel literario. Este segundo análisis «de escritor», independiente como ya dije del mero placer lector, también deriva en unas cuantas lecciones gratificantes.

La mayoría de los aciertos del autor, Mark Haddon, son fruto de la elección del narrador y protagonista (en otras palabras, del narrador en primera persona), un chico de 15 años que padece cierta forma particular de autismo. Para empezar, la narración es directamente sensorial, según el niño percibe el mundo, ya que sus capacidades de análisis y síntesis son limitadas. Las digresiones (que las hay en abundancia) se difieren a capítulos independientes que no suelen entorpecer el flujo narrativo (salvo quizá puntualmente hacia el final), sirviendo estos de complemento a la comprensión del personaje y dejando la narración propiamente dicha libre de interrupciones.

Por momentos, además, el narrador no es fiable, rellenando el lector (con su conocimiento del mundo, su capacidad de deducción y su imaginación) los huecos que el protagonista (por adolescente o por autista) no es capaz de comprender. ¿Implicación del lector? Otro acierto.

¿Cómo justifica el autor que un joven autista se detenga a contarnos su historia tan extensamente? Por un lado, hace que su personaje sea aficionado a la lectura, lo que justificaría que sepa defenderse escribiendo, y de paso es un importante punto a favor de la identificación del lector con el personaje, pues garantiza que tendrán algo en común (veáse «La Sombra del Viento» como ejemplo reciente y popular de protagonista lector). Además, una vez que el niño se detiene conscientemente a escribir su experiencia, recibe consejos de una profesora, con lo que obtenemos pequeñas guindas de metaliteratura: «una buena historia debe contener tal elemento, y por eso yo ahora lo introduzco aquí, así». Interesante. ¡Y diferente! Y ayuda a suspender la incredulidad, porque ¿cómo puede este «niño» escribir de forma tan fluida? Porque lee mucho y porque tiene quien le aconseje. (¡Anda! Como vosotros… ;-)

Por último, el niño (como niño que es) utiliza también elementos no narrativos: dibujos, diagramas, etc., que no sólo enriquecen la lectura sino que la diferencian de la mayoría de las novelas del mercado.
Gracias a estos sencillos elementos, el autor consigue un texto al mismo tiempo accesible y diferente, que es al fin y al cabo lo que podría esperarse de un texto creado desde los mecanismos mentales del autismo. ¿El resultado? Sin duda una experiencia conmovedora.

De manera similar, esta recomendación literaria ha quedado bastante distinta a la mayoría de las que circulan por la red, ¿no creéis? Debería ser así, pues el punto de vista de quien la escribe no es el habitual (el de un lector) sino uno menos común (el de un escritor). ¿Os sugiere eso algún enfoque sobre cómo crear personajes o narradores interesantes, por diferentes?

Hoy os dejo la recomendación, y dentro de unos días, esperando quizá que le hayáis hincado el diente, volveré a hablar de este libro para especular cómo pudo haberse concebido, o dicho de otra forma, intentar poner un ejemplo de cómo los conceptos teóricos que vemos en el taller se pueden ir poniendo en práctica por etapas. Pero hasta entonces, disfrutad de uno de los mejores libros que hayan caido en mis manos este año.