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La Reforma IncompletaHe actualizado la sección dedicada a La Reforma Incompleta con nuevos enlaces donde poder comprar el libro, incluyendo Casa Del Libro y Amazon UK.

La Reforma Incompleta fue galardonada con el IX Premio Martín Recuerda de Teatro. Cuenta la historia de tres hermanos atrapados en una enorme mansión de la que han olvidado cómo salir.

La obra está disponible en edición bilingüe que incluye el texto en español y en inglés, con ambas versiones escritas por el propio autor.

Consejos de noviembre

Mientras tú escribías tu nanovela, los de Scriptwriting Tips han seguido a lo suyo. A ver qué nos cuentan este mes:

442 Cuando ve suna película, ¿has notado que el tiempo se vuelve elástico en las escenas de acción? También lo puedes hacer en tu guión. Usa palabras cortas y fragmentos de oración cuando quieras que la acción avance a saltos, y palabras y frases más largas cuando quieras ralentizar las cosas.

443 ¿Qué es el tercer acto? Es la pesadilla de tu protagonista, lo peor que podría pasarle. Si le hubiera pasado en el primer acto, se habría puesto a lloriquear en el suelo hecho un ovillo.

444 Vender tu guión como una combinación de dos películas conocidas puede ser una buena táctica de presentación, como un trampolín para que la gente sea al instante de lo que estás hablando. Pero en cuanto tienes su atención, necesitas contarlas qué hace a tu historia diferente.

446 Piensa en la estructura de esta forma: si el motor de una historia es la pregunta dramática, tu trabajo consiste en reformular esa pregunta cada quince páginas.

447 La bomba de relojería o cuenta atrás es un recurso excelente, sobre todo si el protagonista no consigue desactivarlo a tiempo y tiene que lidiar con las consecuencias. Para conseguir los mejores resultados, puedes combinar ese fracaso con el «momento más duro» al final del segundo acto.

448 ¿De verdad tu antagonista es tan tonto como para caer en esa trampa tan obvia, acudir al encuentro sin un plan B y perder los nervios cuando no debe? Pues así no asusta mucho, tu antagonista…

449 Dale al protagonista lo que quiere… cuando ya no lo quiera.

450 Nunca interrumpas a tus personajes cuando están discutiendo. Deja que decaiga, y edita luego.

451 Cuando concibas a tu antagonista, recuerda: los malos no saben que son malos. Los malos se levantan por la mañana y van silbando al trabajo, seguros de que hacen lo correcto.

454 En historias corales con montones de gente en varias localizaciones, reduce los tiempos muertos y corta siempre a los momentos de mayor conflicto. Salta de escena justo tras los giros y las grandes preguntas dramáticas. El público va a sufrir, pero les va a encantar.

455 Una tormenta no hace tu tercer acto automáticamente más problemático.

457 ¿Las escenas decaen? ¿Les falta drama y conflicto? Usa el test del Peor Resultado Posible. Es sencillo: retrocede hasta la última vez que tu protagonista tomó una decisión importante. Pregúntate, ¿cuál es el peor resultado posible de esa decisión? Escribe ese resultado.

459 No te preocupes si te estás alejando demasiado de esa película ideal que tenías en mente. No solo es perfectamente normal: significa que estás progresando.

460 Los mejores puntos de giro son los que sorprenden por su lógica aplastante.

461 No todo tiene que acabar de la mejor forma posible. El mentor que agonizaba en el «momento más duro» no tiene por qué aparecer en el baile de la boda del tercer acto.

462 Roba un truco de los videojuegos:a mitad de la historia, arrebátale al protagonista sus mejores armas, a ver qué tal se las arregla sin ellas.

464 Dejar que el público sepa más que el protagonista funciona bien en el primer acto, para generar ironía dramática, crear empatía y meternos en situación. Dejar que el protagonista sepa más que el público funciona bien en el tercer acto, para facilitar el giro final.

465 Es mejor no remolonear demasiado después del clímax del tercer acto, pero tampoco dejes al público tirado. Después de transmitirnos cuánto estaba en jueg, muéstranos los resultados, cómo el mundo del protagonista ha cambiado a mejor.

Venga, ahora toca llevarle la contraria…

¿Y cómo ha ido?

Yo no he cumplido mi autopromesa de escribir los 12 episodios de la segunda temporada de Mrs. Carrington. ¡Pero he escrito 11! Sólo por eso, ya estoy contento. Y además he escrito dos obritas de teatro cortas y, si todo sale bien, una de ellas se estrenará pronto en una sala madrileña. Pero no quiero adelantar acontecimientos (si la cosa se concreta ya contaré detalles) y mucho menos quiero robar protagonismo a todos esos Nanowriters que han volcado cincuenta y pico mil palabras sobre sus teclados, con todas las pulsaciones (de teclas y de la otras) que eso supone. Tengo que felicitar a mis muy cercanos Günther, adharaImgrot y Rain Michael por el éxito de sus esfuerzos, aunque no hay mejor recompensa que esa criatura que ahora acunan en sus temblorosos brazos. Todavía hay que criarla, sí, ¡pero ya está parida!

¿A quién más tenemos que felicitar? ¿A ti qué tal te ha ido?

Tu vida en un Flash

Los enlaces de hoy van para quienes buscan nuevas formas de narrativa en videojuegos , pero también para los nanowriters con necesidad de cinco minutos de desintoxicación.

Spectre (Mac y PC)
But That Was Yesterday (Flash)

Felicidades, Cos

Alguna gente está hablando mal del NaNoWriMo, y no les falta razón, merece la pena leerles. Pero luego hay otros, como mi amiga Cos, que hablan bien:

Creo que nunca, salvo tal vez a los doce o trece años, había escrito tanto sobre una misma historia, no digamos ya con esta regularidad. A ratos no me creo que esté haciendo esto de verdad, simplemente porque hacía tiempo que había dejado de creerme capaz. Me palpita de orgullo la bilirrubina y se me hace raro que haya gente que no lo esté experimentando. Que no esté creando ahora mismo una historia y vivan tan tranquilos, como que no se pierden nada, o que no se sientan tan orgullosos de mí que tengan ganas de hablar de ello y alardear. Es algo tan importante para mí, que ha sido siempre tan estúpidamente importante para mí, que me resulta extraño que no me feliciten como si fuera mi cumpleaños o una de esas cosas en las que es bonito alegrarse y felicitar.

Bonito, ¿no? Felicidades, Cos.

Revistas literarias

En la sesión 24 del podcast os hablé de las revistas literarias que descubrí gracias a ARCE, la Asociación de Revistas Culturales de España. Tal como prometí entonces, he intentado ponerme en contacto con todas ellas, aunque no ha sido posible en todos los casos. Si queréis saber algo más al respecto, os recomiendo que escuchéis la citada sesión.

      Sesión 24: Agentes

Con los datos recibidos he elaborado un listado con aquellas revistas que aceptan el envío de textos literarios, así como las condiciones para dichos envíos. Podéis encontrar esa información aquí.

Me encantará leer vuestras experiencias en los comentarios. ¡Suerte con esos envíos!

Rango de edad

El amigo Carballeira nos mandó hace tiempo una consulta y ya va siendo hora de que afrontemos la respuesta. Está preparando una novela juvenil y nos dice:

Mi mayor duda es elegir el tono y el lenguaje. La novela será corta, pero no sé si antes debo pensar en la edad de los niños a los que me dirijo y escribir en consecuencia o hacerlo al revés, escribir lo que me salga y luego decidir para qué niños va dirigido y reescribir en consecuencia.

Mi primera respuesta sería que escribas lo que te apetezca, y después, cuando veas lo que te ha salido y comprendas para qué edad funciona, lo revises en función de eso, limpiando o reescribiendo las partes que se salgan de ese marco. Tú trabajas diariamente con jóvenes, así que sabrás mejor que yo lo que es apropiado o no para los distintos rangos de edad.

He ojeado libros del Barco de Vapor de varias edades y no termino de decidirme, de hecho, no sé si ha sido buena idea ojearlos porque todos tenemos el defecto de escribir como lo último que hemos leído. A veces creo que para escribir hay que dejar de leer de manera radical.

Si lo último que has leído te inspira a escribir, entonces no tiene nada de malo. Además, la influencia siempre es menor de lo que nos creemos. Hace veinte años me dio por escribir «estilo Lovecraft», pero leyéndolo no hace tanto me di cuenta de que no tenía nada que ver. Había más en esos relatos del romántico adolescente atormentado que todos hemos sido que del peculiar atormentado de Providence. Y sin embargo, todos escribimos influidos de una forma u otra por lo que hemos visto, leído, incluso vivido. No merece la pena pararse a analizarlo, es mejor dejar las letras fluir.

Sí puede ser sano dejar de leer en tanto que te deja más tiempo para escribir. También te permite centrarte en tu trabajo, tener tu historia en la cabeza incluso cuando no estás escribiendo, en lugar de la historia de otro (como nos pasa a menudo cuando andamos leyendo algún libro y pensamos en sus personajes o trama en cualquier momento del día). Pero también puede ser que, para ti, tomarte un descanso para leer te permita relajarte pensando en otra cosa e incluso te ayude a desintoxicarte y superar bloqueos. Es algo personal.

Escribir pensando en tu público puede ser castrante. Recuerda lo que decía King:

Escribe con la puerta cerrada, revisa con la puerta abierta.