Un minino de ventas

No es por hacer leña del árbol caído, pero me he reído tanto que lo tengo que compartir con vosotros. El otro día hablaba de las impresentables «nuevas editoriales» que quieren colgar vuestros libros en plataformas digitales y llevarse una comisión, por si suena la flauta de que sois el próximo boom pseudoautoeditado. Pero ¿qué editor edita sin saber poner ni las tildes?

Hoy me he encontrado otro ejemplo más divertido todavía: Ediciones PuraTinta.

Tan descuidados son en su edición que ni siquiera han quitado el nombre de la otra nueva editorial a la que han copiado los contenidos: Ediciones SeiMas (deben de ser primas hermanas… o los de PuraTinta tienen mucho morro). Algunos de los errores de la web de PuraTinta ya vienen de SeiMas, por ejemplo mi favorito, el minino de ventas. ¡Miau!

Esta metedura de pata tiene gracia, pero otras claman al cielo: «Ediciones PuraTINTA, tiene como objetivo sacar a la luz artistas del mundo literario el cual no han tenido la oportunidad de enseñar su soltura con la pluma.» La frase es pedante y parece anunciar drag-queens en vez de editores, pero aparte de eso… ¡Concordancia, por favor! Y esa coma entre el sujeto y el verbo… Escalofríos me dan. Si queréis hacemos un concurso a ver quién encuentra más errores en una sola frase. ¡Tiempo!

Resumiendo: está bien que mováis vuestros textos, pero tened mucho cuidado en manos de quién los dejáis…

En silencio

Hoy no hablaré de libros, solo quiero compartir con vosotros el tumblr que empecé hace pocos meses: En silencio. Espero que os guste.

En él comparto música que me gusta, sea del género que sea (electrónica, folk, pop, bandas sonoras, musicales…) y, generalmente, poco conocida. Aquí va un ejemplo reciente cualquiera:

Tiendo a buscar mis propios contenidos (sean novedades o no) más que a regurgitar compartir lo que publican otros (que ya sabréis que es lo habitual en tumblr). Y no escribo mucho, de ahí el nombre: la idea es callarme yo y que suene la música.

IV Premio Internacional de Microrrelatos “Museo de la Palabra”

Vuelve el certamen de narrativa mejor pagado del mundo en euros por palabra, con un premio de 20 000 $ para microrrelatos de hasta 100 palabras.

Aquí tenéis las bases.

Además, si al rellenar el formulario de participación sois tan amables de introducir el código 5460 en el campo correspondiente, este taller y vuestro humilde servidor también podrían recibir un premio.

¡Buena suerte a todos!

Las nuevas editoriales

Abre una nueva editorial y lo primero que veo en su página web son faltas de ortografía.

No es un caso aislado. Lee uno la reseña de cualquier libro autopublicado en Amazon y, las más de las veces, se encuentra que estos autores nunca han aprendido a colocar una coma en su sitio.

Cuando Alma Jenssen llega a La Bella, la plantación de tabaco más importante de la República Dominicana, propiedad de Cristóbal Ríos, el esposo de Delia, conoce a Hans McBride(,) el capataz de la finca.

Perderme en ti, María José Tirado (actual puesto 2 de ventas electrónicas en Amazon.es)

El famoso psiquiatra Salomón Lewin ha dejado su labor humanitaria en la India, para ocupar el puesto de psiquiatra jefe del Centro para Enfermedades Psicológicas de la Ciudad de Londres.

El Círculo, Mario Escobar (actual puesto 11 de ventas electrónicas en Amazon.es)

Y no sabe uno qué pensar. Hay que alegrarse de que existan nuevos canales y de que surjan iniciativas que apoyen a nuevos autores, pero cuando ni siquiera se cuidan los textos promocionales (ese puñado escaso de párrafos que son lo primero que la gente va a leer), ¿qué se puede esperar del contenido? ¿Seguimos dependiendo de las viejas estructuras (agentes, editores) para garantizar unos filtros mínimos de calidad y atención al detalle?

Me estaré quedando anticuado, pero estas cosas me parten el corazón un poco…

El niño al que se le murió el amigo

Ana María Matute (1925-2014)

Una mañana se levantó y fue a buscar al amigo, al otro lado de la valla. Pero el amigo no estaba, y, cuando volvió, le dijo la madre:

-El amigo se murió.

-Niño, no pienses más en él y busca otros para jugar.

El niño se sentó en el quicio de la puerta, con la cara entre las manos y los codos en las rodillas. «Él volverá», pensó. Porque no podía ser que allí estuviesen las canicas, el camión y la pistola de hojalata, y el reloj aquel que ya no andaba, y el amigo no viniese a buscarlos. Vino la noche, con una estrella muy grande, y el niño no quería entrar a cenar.

-Entra, niño, que llega el frío -dijo la madre.

Pero, en lugar de entrar, el niño se levantó del quicio y se fue en busca del amigo, con las canicas, el camión, la pistola de hojalata y el reloj que no andaba. Al llegar a la cerca, la voz del amigo no le llamó, ni le oyó en el árbol, ni en el pozo. Pasó buscándole toda la noche. Y fue una larga noche casi blanca, que le llenó de polvo el traje y los zapatos. Cuando llegó el sol, el niño, que tenía sueño y sed, estiró los brazos y pensó: «Qué tontos y pequeños son esos juguetes. Y ese reloj que no anda, no sirve para nada». Lo tiró todo al pozo, y volvió a la casa, con mucha hambre. La madre le abrió la puerta, y dijo: «Cuánto ha crecido este niño, Dios mío, cuánto ha crecido». Y le compró un traje de hombre, porque el que llevaba le venía muy corto.

Ana María Matute, Los niños tontos (1956)

Hay vida ahí fuera

Hay quien dice que escribir es su vida, su pasión, su esto y lo otro, su blablablá. Lo dicen escritores consagrados y autores aficionados.

Para otros, en cambio, ganarse la vida plantando letras una detrás de otra es una carga insufrible, y esto es algo que no se suele ver. Era el caso de Frederica Sagor Maas, fallecida hace escasas semanas a la fabulosa edad de 111 años. Guionista en Hollywood desde los tiempos del cine mudo, sus textos lanzaron la carrera de más de una estrella de la época. Ella, en cambio, solo recordaba en sus memorias «el chauvinismo, la misoginia y la discriminación a la que se vio sometida como mujer en esta industria en los años veinte», como resume el obituario que le dedica El País.

Su filmografía en IMDB recoge la mayoría de sus títulos como «sin acreditar»:

Algunos de aquellos guiones llevaban muchas horas de trabajo, pero en el momento en que los entregabas, el reconocimiento se lo llevaba otro. Y, además, te etiquetaban de conflictiva. Las opciones eran cerrar la boca o dejar la industria.

En 1950 lo hizo. Entró a trabajar como mecanógrafa en una agencia de seguros y rápidamente se labró una exitosa carrera. El País concluye:

La guionista nunca se arrepintió de su decisión y en una de sus últimas entrevistas aseguró que si pudiera echar marcha atrás volvería a dejar esta industria «sin sustancia» y se dedicaría a fregar escaleras.

Quizá sea un consuelo para aquellos de nosotros que no nos ganamos la vida escribiendo. O como dicen en las películas Disney, ten cuidado con lo que deseas.

 

Relatos en Psiqueactiva

El pasado verano informábamos del nacimiento de la revista online Psiqueactiva, y este reciente diciembre ha visto la publicación de su segundo número.

Los editores han tenido a bien incluir en él un par de los microrrelatos que les envié, pequeñas cositas que había escrito en talleres hace años y a las que me apetecía dar salida. Hay que reconocer que han escogido los más estrambóticos de los que les mandaba. El principio del primero quizá os resulte familiar, ya que se inspira en una frase propuesta hace años en un conocido concurso de Escuela de Escritores y la Cadena Ser.

Espero que os gusten.