A mí me gusta, por el contrario, averiguar la novela a medida que la voy escribiendo. Siempre recuerdo que la palabra inventar etimológicamente viene del latín invenire, e invenire en latín lo que quería decir era hallar, descubrir, averiguar. Es decir que etimológicamente -al menos- la invención y la averiguación o el hallazgo tienen la misma raíz. Entonces, uno averigua a medida que inventa. Yo me permito trabajar mucho sobre la marcha, incorporar cosas que en modo alguno tenía previsto, entre otras cosas porque no deseo tenerlo previsto.
Publicado en el diario Clarín y recogido en el blog oficial de Javier Marías, que recoge sus apariciones en prensa (tanto sus columnas como los artículos que hablan de él) y que por supuesto os recomiendo.