Fetichismo, servidores y otras cuestiones pecuniarias

Punto 1. Desde que empecé este blog (incluso ya antes, en la web del podcast) he intentado hacer un enlace para cada referencia que mencionaba (fuese libro o película u otro), para que quien quisiese investigar y ampliar lo tuviera fácil. Incluso, cuando me ha sido posible, he enlazado a fuentes que ofrecían libros o películas enteros online. Eso no va a cambiar.

Punto 2. Soy un fetichista del libro y del DVD (y supongo que muchos de vosotros también lo sois), por lo que hace tiempo que pensaba enlazar a sitios donde pudiérais comprar las obras de las que hablábamos. Pero no acababa de hacerme gracia hacerle el negocio a nadie. Lo fui dejando.

Punto 3. El tráfico ha estado creciendo imparable mes a mes, y mi servidor me avisa puntualmente de que estoy a punto de saltarme los límites de mi cuenta y empezar a pagar extra. Urgía buscar una fórmula de autofinanciación para el Taller.

Conclusión: Programas de Afiliación. El taller literario acaba de ser aceptado en los programas de afiliación de Casa del Libro, DVDGO (ambos ahora obsoletos) y Amazon. Los he elegido porque tienen amplios catálogos, precios competitivos y gastos de envío razonables. Ya he retocado algunas entradas anteriores para incluir los enlaces, pero me gustaría saber qué opinais al respecto. ¿Debería optar por otras formas de autofinanciación, quizá usar los antiestéticos Google Ads, cobrar suscripciones, abrir un Paypal para donativos, rascarme el bolsillo? ¿Dejarme de enlaces a libros online, que no nos gusta leer en pantalla, y limitarme a los enlaces a tiendas? ¿Integrar los enlaces de afiliados en el texto, o listarlos aparte como en el ejemplo? ¿Todo esto os parece un interesante añadido o un molesto incordio? Me gustaría saber vuestra opinión.

100 blogs

Sigo con asiduidad más series de las que debería, leo más blogs de lo razonable y quiero escribir más cosas de las que puedo, pero es el sino de los tiempos: 24 horas no son suficientes para nadie (vale, ¡salvo para Jack Bauer!). Hoy, por si no tenía bastante, me tropiezo con el Top 100 de los blogs dedicados a escritura en lengua inglesa. Que Poe nos ampare.

Los mejores guiones del año

La WGA, el gremio de guionistas estadounidenses (sí, sí, los de la huelga del año pasado) ha concedido (como todo el mundo en esas fechas) sus premios.
– Mejor guión original: Mi Nombre es Harvey Milk de Dustin Lance Black
– Mejor guión adaptado: Slumdog Millionaire de Simon Beaufoy
– Mejor guión para un documental: Vals con Bashir de Ari Folman

Recordemos también los Goya:
– Mejor guión original: Camino de Javier Fesser
– Mejor guión adaptado: Los Girasoles Ciegos de José Luis Cuerda y Rafael Azcona

Es curioso que ambos guiones «originales» sean biografías de personajes reales, ¿no?

Vamos con los BAFTA (British Academy of Film and Television Arts):
– Mejor guión original: Escondidos en Brujas de Martin McDonagh
– Mejor guión adaptado: Slumdog Millionaire de Simon Beaufoy

¿Queréis más? Repasemos los nominados a los Oscar de guión.

Yo ya las tengo en mi agenda, para ver si se lo han ganado, si nos pueden enseñar algo y, sobre todo, si nos hacen pasar un buen rato.

Planificar o reescribir

Estoy preparando los apuntes para lo que iba a ser un podcast dedicado a Personajes (y ya llevo material como para cuatro sesiones) y por el camino me he encontrado con varias fuentes que aseguran que tenemos que conocer a fondo a nuestros personajes antes de empezar a escribir: definir su pasado, su personalidad, su fmailia, sus gustos, sus tics, ¡todo! Cuanto más, mejor (ya hablaremos de esto). No voy a discutir que es bueno conocer todos estos detalles de nuestros personajes, pero ¿es necesario desarrollarlos ANTES de empezar?

Los propulsores de esta idea (The WritingCast, entre otros) insisten en que son su personalidad y sus conflictos los que mueven la historia así que ¿cómo vamos a escribir la historia sin conocer a nuestros personajes?

Sin embargo, esto me recuerda a aquella chica de la que hablaba Chris Baty en su libro que desarrolló todo un universo de fantasía tan en profundidad, que cuando quiso empezar a escribir la novela no sabía por dónde empezar, abrumada por el volumen de sus propias notas. Dicho de otra forma, este consejo contradice totalmente los de Brenda Ueland de escribe feliz y contento y sin pensar en nada salvo en ti (así resumiendo).

¿Planificas o reescribes?
Es interesante encontrar un equilibrio entre la planificación y la reescritura.

Lo que me lleva a pensar que los escritores tenemos dos opciones: planificar o reescribir. Y esto sí que no tiene vuelta de hoja.

Los personajes deben tener tres dimensiones. Las tramas deben tener una estructura. Los elementos deben apuntar en una dirección. En el mejor de los casos, nuestra historia una vez terminada cumplirá todos esos requisitos (o habrá encontrado formas originales y válidas para sortear alguno).

Hay quien se siente más cómodo planificando hasta el más mínimo detalle, de forma que una vez empiezan a escribir hay poco margen de error y una necesidad de revisión relativamente escasa. Otros preferimos dejarnos llevar por los meandros de la imaginación, y luego aplicar de maneras salvajes la tijera, aunque en muchos casos signifique reescribir trabajos enteros hasta no dejar en pie ni una sola palabra del original. Todos, sin duda, deberíamos hacer un poco de ambas cosas.

¿Y tú? ¿Planificas o reescribes?

El mercado de Beluga

Contra el elitismo de los gafapasta y contra el tópico de «el cine español es una mierda», mi tocayo De la Iglesia publica un artículo en El País que es puro sentido común.

«La única manera de tener una industria más sólida es rodar. Un ejemplo: muchos dicen que nuestro problema son los guiones. Que no se nos ocurren historias que enganchen. Solución: si los guionistas trabajan, y en lugar de un guión escriben veinte, las historias mejoran. Yo conozco el sudor, el trabajo. La inspiración no existe: es un invento de los poetas, que tienen muchísimo tiempo libre. Si los técnicos mejoran, las películas mejoran. Es de cajón.»

De compras: Álex de la Iglesia en DVDGO.

Presentación de «La Reforma Incompleta»

La entrega del Premio Martín Recuerda de Teatro de este año será el 21 de marzo en Salobreña. Durante el acto se presentará el libro de «La Reforma Incompleta» (edición bilingüe) y se realizará una lectura dramatizada de la obra.

Está previsto que realicen la lectura los actores Verónica Larios, Agustín Galiana y Víctor Gómez Alañón, dirigidos por Juan Manuel Gómez. Este equipo comenzará el próximo marzo los ensayos para la producción de un montaje de la obra.

Actualización: finalmente la lectura de los dos personajes masculinos correrá a cargo de Antonio Cano y Alfonso Begara.

Del libro al cine, un viaje peliagudo

Copio el título del artículo publicado ayer en el diario El País. Trata un tema del que ya hablamos hace tiempo en el podcast: los intríngulis de la adaptación cinematográfica de obras literarias. La profusión de ejemplos que contiene ilustra la lucha de egos que suele suponer el proceso. El artículo es realmente interesante.

Mi opinión al respecto ya la conocéis. El objetivo de la adaptación debe ser una buena película. Si para conseguirla hay que ser fiel al libro, adelante. Pero una novela no se lee en dos horas, por lo tanto no cabe entera en un largometraje. En el instante en que se empieza a adaptar, la fidelidad es imposible. Inmediatamente se aplican dos modificadores inevitables: la tijera y el formato. Y de ahí derivan infinitos reajustes.

Intentar ser fiel es presuponerle a la novela una perfección impropia de obras humanas. Intentar ser fiel a menudo acaba por conducir a una serie de clichés que restan personalidad al film resultante: voces en off que respetan la voz narradora original en detrimento de la narración cinematográfica que debiera ser fundamentalmente visual; sobreabundancia de personajes o acontecimientos, con la consiguiente superficialidad de los mismos; falta de estructura y/o ritmo, etc. Y por supuesto, subyugar la creatividad de guionistas, directores, intérpretes y otros miembros del equipo creativo a una sola voz ajena al proceso cinematográfico es la definición de la palabra castrante.

Ciertos autores parecen olvidar que la película no sustituye a la novela. No la puede traicionar, puesto que no la reemplaza. Tampoco la completa, puesto que ya está terminada. Quizá novela y película sean primas hermanas, pero los pecados de una no condenan a la otra. Cada una tiene sus propios padres, responsables de su formación. Llevan existencias independientes.

No caigamos en el error de la cabra y comparemos lo que no tiene nada que ver.

Son incontables los ejemplos de adaptaciones libres que han pasado a la historia del cine por méritos propios, tomando sus originales literarios como inspiración y no como palabra sagrada. Ahí está el «Apocalypse Now« de Coppola, que respira los aires de «El Corazón de las Tinieblas« de Conrad pero los sopla sobre otras tierras. Ridley Scott apenas debía acordarse de qué iba el «¿Sueñan los Androides con Ovejas Eléctricas?« de K. Dick cuando finiquitó «Blade Runner«, a juzgar por su escaso parecido. El autor de la novela «Alguien voló sobre el nido del cuco« demandó a los productores por cambiar el punto de vista. Los fans de «El Señor de los Anillos« chillaban ante la aparición prematura de Arwen o la ausencia de Tom Bombadil. Al pensar en Hitchcock, ¿cuántos se acuerdan hoy de que «Psicosis« está basada en una novela «pulp» de Robert Bloch, o de que «La Ventana Indiscreta« , «Vértigo«, «Extraños en un Tren«, «Rebecca«… son todas adaptaciones literarias? Kubrick y Clarke escribieron juntos el guión y la novela de «2001: Una Odisea del Espacio« respectivamente, pero cada uno especializó su obra siguiendo derroteros totalmente diferentes. Estas enormes infidelidades no impiden que estos títulos se encuentren entre las mejores películas de la historia del cine. Y eso, queridos amigos, no hay escritor egocéntrico que lo discuta.

De compras:
«Apocalypse Now Redux« adapta «El Corazón de las Tinieblas« de Joseph Conrad.
«Blade Runner« adapta«¿Sueñan los Androides con Ovejas Eléctricas?« de Philip K. Dick.
«Alguien voló sobre el nido del cuco« adapta la novela de Ken Kesey.
«El Señor de los Anillos« adapta las novelas (La Comunidad del Anillo, Las Dos Torres y El Retorno del Rey) de J.R.R. Tolkien.
«Psicosis» adapta la novela corta de Robert Bloch.
«La Ventana Indiscreta« adapta el relato de Cornell Woolrich.
«Vértigo (De entre los muertos)« adapta la novela de Pierre Boileau y Thomas Narcejac.
«Extraños en un Tren« adapta la novela de Patricia Highsmith.
«Rebecca« adapta la novela de Daphne Du Maurier.
«2001: Una Odisea del Espacio« se escribió paralelamente a la novela de Arthur C. Clarke.