«Es raro el escritor que sabe lo que ha escrito. Pasajes que supones claros no lo son. Un personaje que crees interesante aburre a la gente porque aún no has encontrado lo que lo hace interesante. Pero no lo sabrás hasta que alguien lo lea y te lo diga. Necesitas a alguien que lo lea hoy, ahora. Alguien comprometido con tu carrera. Necesitas un cónyuge o amigo muy cercano que sea brillante como crítico.

La buena noticia es que puedes convertir a casi cualquier persona inteligente y comprometida en el Sabio Lector que necesitas. Pero lo primero es aprender que el Sabio Lector no te dice lo que tienes que hacer. Te dice lo que acabas de hacer. Querrás que tu cónyuge o amigo te explique en detalle cómo ha sido la experiencia de leer tu texto.
Para esta tarea, es mejor que tu Sabio Lector no haya estudiado literatura, así no dará diagnósticos («la caracterización es vaga») o, dios nos libre, consejos («Tienes que acortar tanta descripción»). Al Sabio Lector no se le ocurrirá decirte cómo arreglar tu historia, sino tan sólo lo que se siente al leerla.
¿Cómo lo entrenas? Haciéndole preguntas:
¿Te has aburrido? ¿Has notado que te distraías? ¿Sabes decirme en qué punto fue? (Deja que se tome su tiempo, que repase el texto, que encuentre lugares en los que perdió el interés.)
¿Qué te ha parecido el personaje de Magwall? ¿Te ha gustado? ¿Lo has odiado? ¿Te acordabas de quién era? (Si odia a tu personaje por las razones correctas, vamos bien; si se olvidaba de su nombre de un capítulo al siguiente, vamos muy mal.)
¿Ha habido algo que no comprendieras? ¿Algún fragmento que hayas tenido que leer dos veces? ¿Algún momento poco claro? (Las respuestas te dirán dónde la exposición no está bien manejada, o dónde se vuelve confusa la acción.)
¿Ha habido algo que no te creyeras? ¿Has pensado «¡sí, venga ya!» en algún punto? (Esto te ayudará a cazar clichés o localizar lugares en los que necesitas profundizar en tu concepto del universo que estás contando.)
¿Qué crees que va a pasar a continuación? ¿Hay algo sobre lo que todavía te estés haciendo preguntas? (Si lo que ha leído es un fragmento, las respuestas te dirán qué líneas de tensión has logrado crear; si ha leído la historia completa, las respuestas te dirán qué líneas de tensión no has logrado resolver.)
No tendrás que seguir repitiendo estas preguntas durante mucho tiempo. Pronto tu Sabio Lector aprenderá a evaluar sus propios procesos internos conforme lee. Apreciará los momentos de confusión, de incredulidad, de aburrimiento, de cliché; pensará cómo le hacen sentir los personajes y te lo dirá.
Trata sus observaciones con respeto y agradecimiento, y siempre haz algo para resolver los problemas que descubráis. Al principio puede resultar duro, porque a veces pensarás que se equivoca. Pero no puede equivocarse, es imposible, porque el Sabio Lector te está informando de su experiencia al leer. ¿Cómo puede equivocarse sobre sus propias experiencias?
Descubrirás que una vez que intentas cambiar los aspectos problemáticos de tu historia, siempre la estarás mejorando.»
Extractos de «How to Write Science Fiction and Fantasy« de Orson Scott Card (págs. 121-123)