Dice Beppo Barrendero:
«Las cosas son así: a veces se tiene ante sí una calle larguísima. Se cree que es tan terriblemente larga, que nunca se podrá acabarla, se cree uno.
«Y entonces se empieza a dar prisa. Y cada vez se da más prisa. Cada vez que se levanta la vista, se ve que la calle no se hace más corta. Y se esfueza más todavía, se empieza a tener miedo, al final se está sin aliento. Y la calle sigue estando por delante. Así no se debe hacer.
«Nunca se ha de pensar en toda la calle de una vez, ¿entiendes? Sólo hay que pensar en el paso siguiente, en la inspiración siguiente, en la siguiente barrida. Nunca nada más que en el siguiente.
«Entonces es divertido; eso es importante, porque entonces se hace bien la tarea. Y así ha de ser.
«De repente se da cuenta uno de que, paso a paso, se ha barrido toda la calle. Uno no se da cuenta de cómo ha sido, y no se está sin aliento.
«Eso es importante.»
«Momo«, de Michael Ende
(traducción de Luis Ogg)
Excelente recomendación. No sé si era Hemingway quien decía que si uno escribiera una página diaria, al final de un año se encontraría con 365 páginas, o lo que es lo mismo, una novela de tamaño considerable. Ojo, sigue siendo difícil de hacer, pero hacemos que pase de lo posible a lo probable. Si además conseguimos que el proceso creativo sea divertido y no una tortura como a todos nos ha pasado en ocasiones… estaremos en el mejor de los caminos. Animo.
Eso es pura filosofía hindú. El control mental se obtiene por medio de dos factores: la atención mental al momento, al aquí y el ahora, no al futuro ni al pasado, y la práctica diaria de la meditación. Dice Buda: yo declaro que la atención mental es todopoderosa. Una anécdota en este sentido de que el estar haciendo lo que se está haciendo es la clave de todo es esta pequeña historia del maestro y el alumno: – Maestro, ¿puedes instruirme en la verdad? – ¿oyes el trinar de los pájaros? – Sí maestro. – Entonces no tengo nada en… Leer más »
El mejor libro de Ende de todos los que me leí. Aquellos hombres grises…
Este libro tiene mucho que enseñarnos sobre cómo organizar nuestro tiempo.
La frase «Tengo muchas cosas que hacer» se ha convertido en un tópico (todavía peor que el de «Me gustó más el libro»). Es mentira. La mayoría de esas cosas, si no las hiciéramos… no pasaría absolutamente nada.