Lost. Execute.

 

 

El canal Cuatro ha invitado a los fans de PERDIDOS a crear carteles para la sexta temporada de la serie utilizando exclusivamente material propio. Sobre esa premisa me saqué de la manga este cartel.

En el momento de escribir estas líneas, la imagen preside la selección de favoritos que ha hecho la propia web.

Además, si nada se interpone, la imagen será publicada este fin de semana, junto con otros carteles seleccionados, en EP3, el suplemento cultural del diario El País. ¡Conseguidme una copia!

Aprovechando la feliz circunstancia, he abierto una nueva sección, pequeñita, dedicada a mis trabajos fotográficos publicados.

Fallece J. D. Salinger (o no)

Hace sólo unos meses me sumergía en la lectura de «El Guardián entre el Centeno» (tarde, todo hay que decirlo: es un libro perfecto para la adolescencia) e incluso compartía mis impresiones con vosotros (más como escritor que como lector).

Hoy leo que su autor, J. D Salinger, ha fallecido a la edad de 91 años.

Para los que estamos acostumbrados a leer a más autores muertos que vivos, estas noticias no parecen tener tanto impacto como para quienes siguen a su autor contemporáneo favorito con el ansia diaria del fan (fechas de lanzamiento, firmas…). Para mí, Salinger sigue tan vivo hoy como ayer: su obra sigue en mi estante y en millones de estantes más, y no ha perdido ni un ápice de fuerza.

… Y creo que esa es la principal razón por la que escribo.

Scene & Structure

Scene & Structure, de Jack M. Bickham, en la serie Elements of Fiction Writing
Scene & Structure, de Jack M. Bickham, en la serie Elements of Fiction Writing

La gran habilidad del señor Bickham para abstraer los procesos lógicos de causa-efecto y convertirlos en teorías para la creación literaria sólo es comparable a su enorme torpeza para ponerlas en práctica.

Ya he hablado alguna vez en el podcast (por primera vez en el 19, si mal no recuerdo) del proceso de convertir lo inconsciente en consciente, para así realizar con precisión (con premeditación) actos que normalmente haríamos mecánicamente. En parte eso es lo que hace Bickham en este volumen, y en sus primeros apartados lo logra con relativa destreza. Analiza las relaciones de causa y efecto en los acontecimientos, y cómo a su vez los acontecimientos nos afectan como personas (como personajes) provocando en nosotros determinadas respuestas que generan nuevas acciones.

Así, la mayoría de las enseñanzas de este libro son de sentido común, pero es acertado pararnos a examinar esos procesos que son los que hacen que la trama de una historia se mueva hacia delante, generando reacciones en cadena.

Los problemas comienzan cuando el autor comienza a crear pautas fijas que pretende aplicar universalmente a todos los casos. Subdivide los procesos psicológicos en secuencias (emoción, razonamiento, decisión y acción) que luego sus propios ejemplos son incapaces de mostrar. Porque, como se suele decir, del dicho al hecho hay un trecho, y lo que en teoría suena perfectamente lógico y coherente, en la realidad de la complejidad humana suele resultar mucho más esquivo.

El autor intenta ir demasiado lejos en su matematización de la literatura (y perdonadme el palabro), pretendiendo privar a la creación de cualquier componente intuitivo y relegándola al seguimiento de una serie de fórmulas.

La prueba del fracaso de sus teorías está en esos torpes ejemplos que he citado antes, tomados en su mayoría de  sus propias obras, y en el resto de casos de autores que me son totalmente desconocidos, pero que adivino medianamente conocidos dentro de algún sub-genero comercial: la novela rosa, por ejemplo, o quizá la negra. En efecto, es quizá en esos mercados donde únicamente tengan validez algunas de sus enseñanzas: entre aquellos que quieren encontrar una fórmula para vender sus obras a lectores que devoran novelas clónicas con el único criterio del estante del centro comercial en que están colocadas. Si quieres hacer dinero en Estados Unidos escribiendo narrativa de género, este es tu libro. Para el resto de nosotros, hay poco que aprender aquí.

Hormigas

Estas navidades he hecho muchas cosas, pero hoy voy a hablar sólo de una: vi «Un Perro Andaluz« (1929), de Buñuel. Por cierto: hay que verla.

En cierta secuencia, el protagonista abre la mano y de un agujero en la palma empiezan a salir hormigas.

hormigas oreja

Cincuenta y siete años después, la crítica se quita el sombrero cuando David Lynch tira una oreja en el césped y la cubre de hormigas en «Terciopelo Azul«. Lynch sabía lo que hacía. La mayoría de los espectadores, no.

Dos moralejas por el precio de una, señores:

1) No copies: recicla. Quizá no quede nada por inventar, pero quedan muchos ángulos por explorar.

2) Utiliza iconos en tus historias. No hay nada como una imagen icónica para grabarse en la mente y excitar la imaginación.

Nueva sección de relatos

He creado una nueva sección para prosa, la gran ausente hasta ahora de esta página, donde ya he colgado cuatro relatos. Los dos primeros son microrrelatos de terror que escribí durante un taller que yo mismo impartí en 2006 y que después presenté sin éxito a un certamen online del diario La Vanguardia. Los dos siguientes, en cambio, sí recibieron conjuntamente el 2º premio en el I Concurso de Relatos Erótico-Pornográficos celebrado en Granada por Ediciones Patxi en el año 2007 y publicados en un volumen todavía disponible.

Podéis leer los cuatro en la sección Relatos, ¡y espero que os gusten!

Año nuevo, ocio nuevo

Con el año nuevo he regenerado y dado un lavado mi cara a una de mis secciones favoritas (y al mismo tiempo, de las más inútiles) de esta web: el Offline.

En esta sección voy haciendo inventario del ocio que consumo: libros,  películas, discos o artistas, juegos, etc. ¿Con qué objeto? Ninguno importante, pero muchos pequeños: es un modo de hacer una crítica rápida, sobre todo ahora que he añadido iconos de imprescindible/recomendado/normal/malo; también cuenta algo sobre mí y mis gustos a quienes puedan tener curiosidad.

Además tiene aplicaciones para el Taller Literario. Me sirve como referencia rápida para refrescar la memoria cuando necesito encontrar ejemplos de algún tema que esté explicando, y además os informa de qué pelis he visto o qué libros he leído para que podamos discutirlos.

Espero que os guste, y si no… me da igual, me lo paso muy bien actualizándolo ;-) ¡Feliz año!

Disponer de una instalación

«Algunas mañanas, en un mundo perfecto, te levantarías, tomarías un café, terminarías de meditar y dirías: “Muy bien, hoy voy al taller a trabajar en una lámpara”. A veces se te ocurre una idea, la ves, pero para llevarla a cabo necesitas lo que yo llamo una “instalación”. Por ejemplo, tal vez necesites un taller para trabajar o pintar. O un estudio para hacer música. O una sala de ordenadores donde poder escribir. Es crucial tener una instalación así para, en cualquier momento, cuando se te ocurra una idea, disponer del lugar y las herramientas necesarias para llevarla a cabo.

«Si no dispones de un lugar así, muchas veces te llega la inspiración, la idea, pero no cuentas con las herramientas ni el lugar para darle coherencia. Y la idea se queda clavada, se encona. Con el tiempo termina por irse. No la aprovechaste, lo cual te duele en el alma.»

David Lynch
en “Atrapa el pez dorado: meditación, conciencia y creatividad”
Editorial Mondadori 2006-2008

En una palabra: busca un rincón donde escribir. Si utilizas el mismo ordenador donde lees blogs y el correo, seguramente te distraigas y se te vayan las horas en cambiar de ventana.