Esto que voy a contar no viene a cuento de nada, simplemente se me ha ocurrido y quería compartirlo.
El mundo gira cada vez más deprisa. No tenemos tiempo para nada. Incluso modas o aficiones tan relativamente jóvenes como los juegos de rol (de mesa, no hablo de videojuegos aquí) o, más joven todavía, los blogs están siendo sustituidas por versiones rápidas. Los másters no tienen tiempo de prepararse las partidas así que abandonamos el rol en favor de los juegos de tablero, y nadie tiene tiempo de escribir (mucho menos de leer) entradas largas en blogs (prometo ser breve) así que pasamos al Twitter, el Facebook y otras formas de micro-blogging.
Por ahora, la novela sobrevive como una afición que se toma su tiempo. Pero atención: llegan los e-books. Muchos seguimos aferrándonos al papel, pero para quien haga la transición, ¿el tamaño dejará de importar?
Desde aquí vaticino el retorno del relato corto, el fin de la hegemonía de la novela.
Podremos comprar relatos sueltos a precios irrisorios, leerlos en cualquier pausa y pasar a otra cosa. Será el Youtube de la literatura.
¿Qué opináis?