Estoy preparando los apuntes para lo que iba a ser un podcast dedicado a Personajes (y ya llevo material como para cuatro sesiones) y por el camino me he encontrado con varias fuentes que aseguran que tenemos que conocer a fondo a nuestros personajes antes de empezar a escribir: definir su pasado, su personalidad, su fmailia, sus gustos, sus tics, ¡todo! Cuanto más, mejor (ya hablaremos de esto). No voy a discutir que es bueno conocer todos estos detalles de nuestros personajes, pero ¿es necesario desarrollarlos ANTES de empezar?
Los propulsores de esta idea (The WritingCast, entre otros) insisten en que son su personalidad y sus conflictos los que mueven la historia así que ¿cómo vamos a escribir la historia sin conocer a nuestros personajes?
Sin embargo, esto me recuerda a aquella chica de la que hablaba Chris Baty en su libro que desarrolló todo un universo de fantasía tan en profundidad, que cuando quiso empezar a escribir la novela no sabía por dónde empezar, abrumada por el volumen de sus propias notas. Dicho de otra forma, este consejo contradice totalmente los de Brenda Ueland de escribe feliz y contento y sin pensar en nada salvo en ti (así resumiendo).
Lo que me lleva a pensar que los escritores tenemos dos opciones: planificar o reescribir. Y esto sí que no tiene vuelta de hoja.
Los personajes deben tener tres dimensiones. Las tramas deben tener una estructura. Los elementos deben apuntar en una dirección. En el mejor de los casos, nuestra historia una vez terminada cumplirá todos esos requisitos (o habrá encontrado formas originales y válidas para sortear alguno).
Hay quien se siente más cómodo planificando hasta el más mínimo detalle, de forma que una vez empiezan a escribir hay poco margen de error y una necesidad de revisión relativamente escasa. Otros preferimos dejarnos llevar por los meandros de la imaginación, y luego aplicar de maneras salvajes la tijera, aunque en muchos casos signifique reescribir trabajos enteros hasta no dejar en pie ni una sola palabra del original. Todos, sin duda, deberíamos hacer un poco de ambas cosas.
¿Y tú? ¿Planificas o reescribes?