Etiqueta: Narrativa
Quedó pendiente la segunda pregunta de la consulta de David:
Para la «novela» utilizo un narrador en tercera persona para una parte y otro en primera persona para el punto de vista del detective, lo cual no se si está bien.
Te remito de nuevo a una sesión del podcast, la número 5, dedicada a la voz narrativa. Pero tu pregunta es muy concreta: ¿está bien cambiar de narrador?
Eso siempre depende. ¿El cambio funciona dentro de la lógica de tu novela? ¿Existe una razón estructural para el cambio? ¿Divide a la novela en partes claras, o los cambios son arbitrarios en función de las necesidades del autor? Si hablas de dos partes bien diferenciadas del libro, esa podría ser la estructura, o incluso podrías ir alternando un capitulo sí, uno no. Pero los saltos tienen que tener coherencia y no depender de lo que te resulta más cómodo para cada escena.
En el arte las normas están para romperlas, pero al hacerlo corremos el riesgo de perder público: público que no comprende lo que está pasando y se pierde, o público que le ve las costuras al decorado y le adivina el truco al prestidigitador.
Mi consejo sería (sin conocer la obra y hablando en términos muy generales) que te mantengas siempre en el narrador en tercera persona, pero recurras al omnisciente limitado para centrar la atención en cada momento allá donde la necesites. La literatura contemporánea rara vez utiliza ya al omnisciente que lo sabe todo y te cuenta simultáneamente los pensamientos y sentimientos de este, ese y aquel personajes. Suele ayudar más al lector el centrarse en las emociones de un solo personaje en cada momento, que puede ser el detective cuando lo necesites, y alguien distinto cuando el detective esté ausente.
Es más, el narrador omnisciente limitado puede casi llegar a fusionarse con su objetivo. ¿Hemos hablado en el taller del estilo directo e indirecto? El primero reproduce literalmente lo que dice o piensa alguien (Antonio pensó: «No tengo tiempo para tonterías»), mientras que el segundo refiere lo dicho sin citarlo textualmente (Antonio pensó que no tenía tiempo para tonterías). Lo bonito de la narrativa es que nos permite fluir de uno a otro casi sin que el lector se dé cuenta. Imagina:
El detective arrugó la carta y decidió que no tenía tiempo para tonterías. Aquella mujer, ¿quién se creía que era? En cuanto la encontrara, le iba a cantar las cuarenta. Esa no sabía lo que se le venía encima.
Disculpa la improvisación barata, pero espero que sirva de ejemplo. El narrador en tercera persona se acerca tanto al personaje que prácticamente asistimos a sus pensamientos sin interferencia. Es lo más cercano a un cambio a primera persona… sin cambiar a primera persona. Pruébalo, ¡quizá te sea útil!
Desde Gran Canaria, David nos envía una consulta, que en realidad son dos preguntas. Iré por partes y responderé hoy a la primera.
A la hora de escribir diálogos no logro que estos sean naturales en algunos casos. ¿Existe algún truco o método para meterte en el personaje?
Para empezar, te refiero a la sesión 9 del podcast, dedicada a los diálogos. Es probable que te conteste aquí cosas que ya mencionara allá. Al final de esta página que te he enlazado tienes unos cuantos consejos para hacer naturales tus diálogos.
Pero yendo concretamente a tu pregunta (que, en realidad, es muy genérica), te daría estos dos consejos fundamentales:
- En cuanto al estilo, recuerda la máxima: escribe lo que conoces. No fuerces estilos de habla que te son ajenos. No intentes escribir en la voz de un detective criado en los suburbios de Buenos Aires solo porque se te ha ocurrido, si esa jerga y ese deje no te son familiares. Si utilizas variedades del idioma, busca en la cantera de las que te son conocidas.
- En cuanto al contenido: escribe con intención. ¿Por qué abre la boca el personaje? ¿Qué quiere conseguir? ¿Qué quiere su interlocutor? No puede ser la misma cosa, de lo contrario hay poco de qué hablar. Usa el diálogo para generar tensión por oposición y, al resolverse el conflicto, avanzar la historia.
¡Espero que estas pequeñas pistas te sean útiles!
Un nuevo oyente ha comenzado hace pocos meses a escuchar el podcast, y yo respondo con tardanza a una larga consulta que me hizo entonces. La resumo aquí:
Comencé a tener ganas de escribir ficción e hice mis pinitos… Bosquejado el terreno, escribí 4 páginas. No me gustaba cómo estaba quedando, por lo que mostré mi escrito en un par de foros. Aprendí mucho gracias a los consejos de los foreros y lo que en principio eran 3 páginas acabaron siendo 13, enriqueciéndose mucho la narración original. […] Comencé el capítulo 2 del que escribí 4 páginas. Entonces me dije: «el capítulo 1 […] lo he corregido. El capítulo 2 no lo ha visto nadie y es mío integramente. Si he aprendido algo en este tiempo, un lector no notará [una bajada de calidad] con respecto al capítulo 1. He de hacer la prueba.» No obstante, todos discreparon [de] mi idea. ¿Qué crees que debería hacer?
Amigo Álvaro, bienvenido al taller y gracias por la consulta. Lo que pretendes es escribir una fantástica primera novela, que no es empresa pequeña. Pero ¿sabes qué? Escribir una primera novela pésima también tiene muchísimo mérito. Cuanto más disfrutes del proceso, más satisfactorio será el resultado, y cuantas más preocupaciones, dudas y cambios de dirección te asalten, más riesgos corres de que el producto final sea inconexo o irregular.
Como ya sabrás si has seguido escuchando el podcast, la narrativa tiene muchas capas. Si pules y vuelves a pulir las primeras páginas, estarás trabajando facetas del ritmo, la presentación de personajes, el estilo… pero ¿qué hay del arco dramático, la trama, los puntos de giro y tantos otros aspectos de la novela que solo se aprecian a lo largo de decenas o cientos de páginas?
Has tenido la suerte de encontrar lectores interesados que te han dado unas críticas, al parecer, muy constructivas. ¡Enhorabuena! En mi experiencia, los «lectores cero» como tú los llamas (aquellos que leen una nueva versión de tu obra sin haber leído la anterior) no brotan de una fuente inagotable y no dispondrás de ellos cuando los necesites, cuantas veces los necesites. Incluso si los tuvieras, ¿dispondrías del tiempo para aplicar cada una de sus sugerencias? En algún momento hay que cerrar la puerta, apagar el teléfono y sentarse a escribir. Sin parar.
En Hollywood se dice que hay que escribir al menos mil páginas (o sea: diez largometrajes) antes de parir un guión que sea digno de rodarse. Claro, todos queremos escribir una primera novela digna de publicarse, pero en mi opinión la parte más importante es escribir la primera novela. En el proceso aprenderás más que con todas las opiniones de internet entero. ¡Ánimo y suerte!
¡Ya está disponible en preventa POP!: 10+1 relatos musicales! Podéis pedir el libro a través de la Editorial Café Con Leche y os lo enviarán a casa a partir de su fecha oficial de lanzamiento: el lunes 26 de junio.
Todos los relatos del volumen están basados en conocidas canciones pop:
1. Vidal Fernández Solano – Hoy no me puedo levantar (Mecano – Hoy no me puedo levantar)
2. Diana Gutiérrez – Waterloo (ABBA – Waterloo)
3. Manu Riquelme – El diario de Mandy Hill (Lesley Gore – It’s My Party)
4. Anna Roldós – Buscamos batería (Roxette – (Do you get) Excited?)
5. José Manuel Sala – La ruta (New Order – Blue Monday)
6. Ariza Piñeiro – Flores pisoteadas (Alaska y Dinarama – Perlas ensangrentadas)
7. Laura López Alfranca – Hola (Hombres G – Marta tiene un marcapasos)
8. Yolanda Camacho – Porque te vas (Jeanette – Porque te vas)
9. Álex Hernández-Puertas – ¿Podrás perdonarla? (Pet Shop Boys – Can You Forgive Her?)
10. Ignacio J. Borraz – El tiempo que tuvimos (Los Rodríguez – Sin documentos)
10+1. Alberto López – Sense Eyes Killed The Holo Star (The Buggles – Video Killed the Radio Star)
Mi contribución (la pista número 9) se inspira en Can You Forgive Her? (un tema de 1993 de mi grupo favorito, Pet Shop Boys) e intenta casar dos aspectos de la canción que parecían no tener relación alguna: la letra y el vídeo.
Como todas las antologías de la colección bestofthebest, el libro incluye una introducción de Diana Gutiérrez. Hasta ahora he tenido la suerte de contribuir un relato a cada volumen de la serie: Reformas en el dormitorio abre Cuando calienta el sol: 10 historias eróticas para remojarse y La metamorfosis de Gregoria Sánchez cierra Instinto animal: 15 historias de lobas y cambiaformas.
Si preferís leer Pop! en versión digital, también estará disponible pronto en la misma tienda así como en otras plataformas habituales.
Aquí podéis ver la cubierta completa, obra de Yolanda Camacho:
Cuando calienta el sol ya está disponible también en formato físico.
Os recomiendo dedicarle unos minutos a leer este enlace:
http://mercedespinto.wordpress.com/2014/04/12/captados-en-amazon-esclavos-de-la-pluma/
Aporta un punto de vista interesante al tan manido tema de la autoedición y la búsqueda de editorial.