Screenwriting Tips

Scriptwriting Tips ofrece diariamente un consejo de sólo un par de líneas, directo y al grano (no como yo, que siempre me enrollo lo indecible).

Los consejos están orientados a guionistas. En muchos casos, el autor (que es un poco borde) se limita a señalar un cliché que considera demasiado repetido. La mitad de las veces los consejos son muy discutibles. Pero a menudo se ofrecen ideas aplicables a cualquier formato, y de vez en cuando se cuela una joya memorable que merece la pena citar aunque sea por su concisión.

Os dejo con una selección de los mejores consejos del último par de semanas.

Escribir bien es lograr que tus personajes hagan cosas inesperadas que cuadran perfectamente con lo que sabemos sobre ellos.

Todas las escenas deben afectar de alguna manera al protagonista, directa o indirectamente. De lo contrario, la escena es inútil. No importa si es el momento más gracioso, terrorífico o interesante del guión: hay que quitarlo.

Si en sus momentos más bajos (Nota: final del segundo acto) tus personajes no se están diciendo los unos a los otros las cosas más terribles, de las que te parten el alma… entonces lo estás haciendo mal.

No hace falta que empieces in media res, pero ¿podrías hacernos a todos un favor y saltarte la parte aburrida?

Para los que no sepan inglés, seguiré trayendo al blog alguna selección de sus consejos conforme se vayan publicando.

Parecido y empatía

Un libro es un espejo
¿Un libro es un espejo?

En la sesión 17 del podcast, dedicada a caracterización, hablé de cómo el parecido entre lector y personaje genera empatía, mientras que la diferencia genera curiosidad.  Pero no me detuve demasiado en el tema de los parecidos, o al menos se me olvidó dar ciertos ejemplos que estaban entonces en mi cabeza.

Por ejemplo, las novelas románticas, cuyo público es mayoritariamente femenino, suelen estar protagonizadas por mujeres. Por supuesto también hay un protagonista masculino para completar la pareja, pero la heroína es en un 99,9% de los casos la mujer.

De una forma similar, los géneros más típicamente masculinos (novelas de juzgados, de espionaje, etc.) suelen estar poblados por policías, abogados y soldados… de sexo masculino.

Pero los ejemplos más evidentes los encontramos en el cine.  ¿Acaso no están siempre las películas infantiles protagonizadas por niños? ¿O las de terror por adolescentes? ¿O las románticas por mujeres? Hay excepciones, como en todo, pero la pauta está clara, ¿verdad?

Sé que la mayoría de los que me leéis no escribís literatura de género, ni con un público determinado en mente, sino que seguís más bien la literatura «culta» y escribís para vosotros mismos. Por tanto no diré eso de «piensa en quién es tu público objetivo, y acerca tu protagonista a ellos lo más posible» (aunque podría decirlo… de hecho lo acabo de decir). Pero la regla también se puede aplicar a la inversa: de tu protagonista podrás deducir cuál puede ser el grueso de su público potencial. Y esa información puede ser útil, a la hor apor ejemplo de elegir a qué certamen o a qué editorial enviarlo, o quiénes de entre tus amistadas pueden darte una opinión apropiada, similar por decirlo así a la de tus potenciales lectores reales.

Como siempre, un tema sobre el que pensar.

En las montañas de la locura

Guillermo del Toro abandonó «El Hobbit» y ya sabemos por qué: el próximo año va a rodar «En las montañas de la locura», de la mano nada menos que de James Cameron asesorándole sobre el 3D. Gran fan de Lovecraft, del Toro no parecía encontrar financiación para su proyecto soñado porque, según sus propias palabras (aunque cito de memoria), «la insignificancia del ser humano frente a los horrores cósmicos no es tema que venda muchas palomitas».

O quizá sí.

Una versión temprana (sin fechar) del guión lleva tiempo rondando por internet, y aunque en sitios como ScriptShadow se vieron obligados a retirar tanto la crítica (bastante positiva) como el enlace, el PDF sigue circulando por ahí. Por fin lo he podido leer este fin de semana.

Escrito a cuatro manos con Matthew Robbins (Don’t  Be Afraid of the Dark, Mimic), el texto contiene una película de aventuras al mismo tiempo clásica y moderna: clásica en su amor hacia el misterio de lo desconocido, y moderna por el ritmo inquebrantable que mantiene al lector (futuro espectador) siempre en vilo. El texto destila amor no sólo por Lovecraft sino por Poe y toda la literatura de terror y ciencia-ficción de hace un siglo.

En el lado negativo, el guión carece de personajes reseñables, lo que quizá sea su mayor defecto, como mencionaban en ScriptShadow. Y ciertos intentos de humanizarlos (como la fugaz esposa de Dyers o la preocupación de Gedney por su hermano Pip) se ven venir desde muy lejos y no tienen mayor relevancia en la trama. Seguramente en un afán por recortar páginas (=recortar gastos, =convencer inversores), ciertas informaciones se dan de formas forzadas y los auténticos temas se verbalizan para mejor comprensión del menor común denominador intelectual. La lectura me recordó al visionado de «Hellboy 2»: imaginación riquísima y narrativa un tanto pobre.

Sabemos que la parte visual no va a desmerecer: a pesar de las brevísimas descripciones (toda una lección), contamos con que del Toro y Cameron sacarán mucha riqueza del relato original. Sólo nos queda esperar que las carencias del guión se solucionen en revisiones posteriores. Defectos o no, yo estoy impacientísimo.

Como despedida, una sugerencia para la banda sonora, tanto para Del Toro como para quienes leáis el guión: el susurro antártico de la música de Max Richter.

Robert McKee

El conocido gurú del guión es una figura controvertida. Sus libros le han convertido en leyenda, aunque sus reglas se han convertido también en el yugo que atenaza la creatividad de muchos guionistas poco dispuestos a regirse por puntos de giro y estructuras en tres actos. Yo aprendí mucho de uno de sus libros, pero me sienta mal que cobre tantísimo dinero por compartir su sabiduría, como los cientos de dólares que cuesta la suscripción a su nueva escuela online.

Pero El País le citaba ayer y me ha gustado uno de sus comentarios:

«En EE UU estamos viviendo el comienzo de una edad de oro. Los productores son todos escritores, ellos controlan la historia. Esto no ocurre en Europa, donde a los guionistas no se les paga ni de lejos lo que se merecen y son de segunda fila. ¿Quién dirige The Wire, o A dos metros bajo tierra? No lo sabemos, a pesar de que están muy bien dirigidas.»

En efecto, el boom de series actuales, que contrasta con el controvertido declive de la industria de Hollywood (una crisis que ha dado al traste con el sueño de Guillermo del Toro de dirigir El Hobbit y que ha generado divertidas polémicas como la de El equipo A, por no mencionar que sus cimientos de secuelas, adaptaciones y remakes se tambalean), se basa en las ideas y en sus creadores. Los grandes nombres de la TV americana de hoy son J. J. Abrams y Alan Ball, David Chase o su tocayo Simon, todos ellos al mismo tiempo guionistas y productores, o en una palabra, creadores.

¿Qué pensáis? ¿Realmente se avecina una edad de oro para los guionistas? ¿O es otra flipada de McKee para vender más libros?

Más páginas sucias

Otra colección de formas de luchar contra la página en blanco, de nuevo de manos de los Bloguionistas. ¿Qué hacéis que no estáis suscritos a su blog todavía?

Por dónde empezar

No Es Tan FacilYa he hablado alguna vez de ScriptShadow, una web que comenta guiones de actualidad en Hollywood, en la mayoría de los casos pendientes de producción, invitando a los guionistas a que aprendan el oficio a través también de los errores y aciertos de los demás. Esta semana el gurú del guión John August la buscaba el lado negativo al asunto, no sólo con uno sino con dos artículos en su blog referidos a las consecuencias negativas que ScriptShadow está teniendo en el tráfico de guiones en Hollywood, pero polémicas aparte, yo sigo aprendiendo de los comentarios de Carson Reeves, especialmente de esa conclusión que agrega a cada crítica bajo el epígrafe «What I learned».

Por ejemplo el lunes analizaba el guión de It’s Complicated («No Es Tan Fácil»), la nueva película de Meryl Streep y Alec Baldwin, y la moraleja de ese análisis casa muy bien con los contenidos de la nueva sesión del podcast, ya disponible, dedicada a la página en blanco.

La historia es la siguiente: Matrimonio de mediana edad se divorcia. Él se va con una más joven y se vuelve a casar. Con el tiempo, ese matrimonio también flojea: no tienen nada en común y ya ni siquiera se acuestan juntos. Diez años después, la ex-pareja se reencuentra en la graduación de su hijo y recuerdan viejos tiempos. Beben y acaban juntos en la cama. De repente, la «señora» se ha convertido en «la otra», «la amante», «la querida«.

Esa es la premisa. ¿Por dónde empezamos a contarla?

Un escritor principiante se aseguraría de presentar las situaciones y los personajes desde el momento en que la pareja está casada, se divorcia, luego pasan los años (quizá con una elipsis, quizá con un montaje de imágenes a modo de resumen), etc.

La guionista, Nancy Meyers, que tiene más experiencia que nosotros en estos menesteres (Jumpin’ Jack Flash, El Padre de la Novia…) va al grano y empieza la historia diez años después del divorcio. La historia pasada de estos personajes se alude de forma rápida y eficaz en diálogos, y así todo se centra en esta historia presente que es la que hemos venido a ver.

La moraleja es la siguiente: pregúntate si has comenzado tu historia lo suficientemente tarde.

Guiones de Oscar…

… o eso les gustaría a ellos.

Como estamos ya en pre-campaña de Oscars, los grandes estudios andan promocionando los que consideran sus mejores películas para cada categoría, y tenemos la suerte de que en RopeOfSilicon han hecho una estupenda colección de los guiones que más se están moviendo para lograr una candidatura, y son casi dos docenas.

Para quienes tenemos inquietud por la escritura cinematográfica, no hay mejor aprendizaje que leer guiones, lo que además es bastante rápido porque suele llevar algo menos que ver la peli correspndiente, con lo que en hora y poco te habrás metido entre pecho y espalda alguna que otra lección. Esta batería de textos sin duda debería contener unas cuantas.