Derechos del traductor

Hoy nos llega una consulta que no está directamente relacionada con la creación literaria o la narrativa, pero comparto aquí la respuesta para quien le pueda interesar.

José Manuel escribe:

Un conocido inglés ha publicado un libro, […] parece haber interés en publicarlo en español y la traducción la tengo a medias. El problema ha venido cuando he dicho que como traductor no asalariado el copyright de la traducción española lo tendría yo, que creo es lo correcto y legal. Por favor, ¿podrías decirme si estoy en lo cierto? El autor dice que para qué quiero el copyright y que lo único que haría sería complicar las cosas y probablemente reducir los «beneficios», pero yo creo que es mi derecho y lo que evita que puedan hacer lo que les dé la gana con mi trabajo. No estoy interesado tanto en los beneficios (que serían más bien simbólicos y que dudo mucho que llegaran a cubrir una parte del esfuerzo y tiempo dedicados) como en la experiencia y el hacer las cosas bien.

Cuando dices «no asalariado» espero que no quieras decir que no te pagan la traducción, porque entonces hay poco que negociar. Imagino que quieres decir freelance en lugar de en nómina.

El coypright, por definición, es tuyo, pero se puede ceder. Es lo que hacemos los traductores en nómina. Como sabrás, yo trabajo el 99% del tiempo en plantilla y en audiovisual, así que tengo poca experiencia directa con el mercado editorial. Sin embargo, la información que me llega de otros compañeros de profesión es que lo que te piden es lo más habitual: te encargan una traducción, te la pagan, y fin del trato. Como quien hace una mesa, la vende, y luego ya no cobra si la mesa la usan cuatro personas o diez, o si alguien la desmonta y la hace plegable, o la corta y se hace una silla. Al carpintero original ya no le concierne. Lo mismo se aplica a un dibujante en Pixar o a un iluminador en Hollywood.
¿Es justo, no es justo? Es discutible. Lo justo será lo que firmes. Hay quien negocia un tanto por ciento de ingresos por ventas, sobre todo si la editorial no puede pagar por adelantado un precio decente por la traducción.
Cuando yo traduzco un videojuego, ya sea de una gran compañía o de un pequeño equipo independiente, me pagan lo mío y adiós muy buenas. (Alguno he hecho por amor al arte, pero eso ya quedó atrás). Si lo he traducido muy bien, de manera creativa, y tiene más gracia o más suspense o más interés que el original, nadie me lo va a premiar. Si el juego triunfa por sorpresa y vende millones en lugar de miles, enhorabuena, a mí plim. Y lo mismo si lo vuelven a reeditar cada cinco o diez años actualizado para las nuevas consolas. Es lo que hay. (Y por regla de tres, si una traducción empobrece el original y daña su salida en el mercado de destino, el traductor se lava las manos.)
Por lo que cuentas, tu trabajo parece un proyecto pequeño que haces más por amor al arte (y por hacer curriculum) que por el dinero. El curriculum lo llevarás en los créditos del libro: el contrato debe especificar al menos eso. Si es curriculum lo que quieres, pide que pongan el nombre del traductor en la portada: no es habitual pero se ve a veces. Habrá quien opine que eso te da algo más de caché.
El problema de pedir un porcentaje de los beneficios es que complica los pagos, requiere más contabilidad, y nadie te garantiza que te vayan a pagar lo que te corresponde, porque las cifras de edición, distribución y ventas suelen ser bastante oscuras. Lo que tú pides es control, es normal que sean reacios a darlo. Si la traducción no hubiera empezado, podrías decir «Que te la haga otro» (y habrá miles dispuestos), pero eso sería tiempo perdido para ti, y con eso cuentan.
Creo que también es posible ceder los derechos de la traducción durante un tiempo determinado. Así, si la quieren reeditar pasado el plazo, tendrían que volver a pagar: o a ti, o a otro traductor que haga una nueva. De nuevo, la editorial intentará evitarlo.
Como ves hay varios enfoques posibles: ¿Que me paguen bien y a volar? ¿Lo hago casi gratis pero me cubro las espaldas con un porcentaje por si suena la flauta y despega? ¿Es amor al arte al fin y al cabo? Y sobre todo, una vez haya decidido lo que quiero, ¿conseguiré negociarlo?
Estas son mis impresiones, que espero te hayan ayudado más que confundirte, pero seguro que hay mucha gente en la red con más experiencia que yo al respecto. Busca otras fuentes. ¡Y mucha suerte!

Un minino de ventas

No es por hacer leña del árbol caído, pero me he reído tanto que lo tengo que compartir con vosotros. El otro día hablaba de las impresentables «nuevas editoriales» que quieren colgar vuestros libros en plataformas digitales y llevarse una comisión, por si suena la flauta de que sois el próximo boom pseudoautoeditado. Pero ¿qué editor edita sin saber poner ni las tildes?

Hoy me he encontrado otro ejemplo más divertido todavía: Ediciones PuraTinta.

Tan descuidados son en su edición que ni siquiera han quitado el nombre de la otra nueva editorial a la que han copiado los contenidos: Ediciones SeiMas (deben de ser primas hermanas… o los de PuraTinta tienen mucho morro). Algunos de los errores de la web de PuraTinta ya vienen de SeiMas, por ejemplo mi favorito, el minino de ventas. ¡Miau!

Esta metedura de pata tiene gracia, pero otras claman al cielo: «Ediciones PuraTINTA, tiene como objetivo sacar a la luz artistas del mundo literario el cual no han tenido la oportunidad de enseñar su soltura con la pluma.» La frase es pedante y parece anunciar drag-queens en vez de editores, pero aparte de eso… ¡Concordancia, por favor! Y esa coma entre el sujeto y el verbo… Escalofríos me dan. Si queréis hacemos un concurso a ver quién encuentra más errores en una sola frase. ¡Tiempo!

Resumiendo: está bien que mováis vuestros textos, pero tened mucho cuidado en manos de quién los dejáis…

IV Premio Internacional de Microrrelatos “Museo de la Palabra”

Vuelve el certamen de narrativa mejor pagado del mundo en euros por palabra, con un premio de 20 000 $ para microrrelatos de hasta 100 palabras.

Aquí tenéis las bases.

Además, si al rellenar el formulario de participación sois tan amables de introducir el código 5460 en el campo correspondiente, este taller y vuestro humilde servidor también podrían recibir un premio.

¡Buena suerte a todos!

Las nuevas editoriales

Abre una nueva editorial y lo primero que veo en su página web son faltas de ortografía.

No es un caso aislado. Lee uno la reseña de cualquier libro autopublicado en Amazon y, las más de las veces, se encuentra que estos autores nunca han aprendido a colocar una coma en su sitio.

Cuando Alma Jenssen llega a La Bella, la plantación de tabaco más importante de la República Dominicana, propiedad de Cristóbal Ríos, el esposo de Delia, conoce a Hans McBride(,) el capataz de la finca.

Perderme en ti, María José Tirado (actual puesto 2 de ventas electrónicas en Amazon.es)

El famoso psiquiatra Salomón Lewin ha dejado su labor humanitaria en la India, para ocupar el puesto de psiquiatra jefe del Centro para Enfermedades Psicológicas de la Ciudad de Londres.

El Círculo, Mario Escobar (actual puesto 11 de ventas electrónicas en Amazon.es)

Y no sabe uno qué pensar. Hay que alegrarse de que existan nuevos canales y de que surjan iniciativas que apoyen a nuevos autores, pero cuando ni siquiera se cuidan los textos promocionales (ese puñado escaso de párrafos que son lo primero que la gente va a leer), ¿qué se puede esperar del contenido? ¿Seguimos dependiendo de las viejas estructuras (agentes, editores) para garantizar unos filtros mínimos de calidad y atención al detalle?

Me estaré quedando anticuado, pero estas cosas me parten el corazón un poco…

Vuelve el bloqueo del escritor

Joanita nos escribe:

Quiero hacerte una pregunta tonta de la que creo saber qué me vas a contestar, pero tal vez me sorprendas.

A ver si es verdad.

¿Qué hacer cuando tu mente te entorpece al escribir? Me refiero a cuando te llenas de prejuicios por esa vocecita que no te deja en paz. Me cuesta relajarme para escribir y cuando lo consigo, allá que está esa impertinente incordiando.

He hecho algunos juegos para cuando me quedo en blanco y he logrado resultados simpáticos. Tengo algunas ideas que no soy capaz de llevar al papel. ¿Qué puedo hacer con mis propios prejuicios? Para no perder mis ideas, las anoto, pero… ¡Buf! Estoy en una situación de quiero y no puedo. Creo que yo misma me provoco los bloqueos.

En fin, Álex, que no sé que hacer porque el cuerpo me pide escribir, pero la mente no responde. ¿Tienes algún consejito para mí?

¡Sugerencia número 1! Repasa la sesión 19 del podcast,La página en blanco.

¡Sugerencia número 2! Analiza con distancia y frialdad esas ideas que quieres y no puedes llevar al papel. ¿Qué problemas tienes? ¿Por qué se te atraviesan? ¿Es un personaje que no tiene chispa? ¿Hay dos escenas que no conectan? ¿O quizá hay problemas en la lógica de la trama? Da un paso atrás y ponle nombre a los problemas, porque solo así les podrás encontrar solución.

¡Sugerencia número 3! Recuerda las palabras de Phillip Pullman:

No creo en el bloqueo del escritor. Los fontaneros no sufren el bloqueo del fontanero. ¿Por qué tenemos que ser los escritores la única profesión que llama de una forma especial a la dificultad de trabajar?

¡Suerte!

La evolución del escritor

Última consulta pendiente de Sergio Mora:

Para ir madurando, ¿sería conveniente una progresión de menos a más en cuanto a escribir primero microrrelatos, después relatos cortos, más adelante relatos algo más largos, etcétera, hasta llegar a la novela?

Más que para ganar experiencia, yo diría que ese proceso te puede ayudar a ganar confianza. Enfrentarte a una pieza corta te enseñará las dificultades del proceso, y concluirla te demostrará de lo que eres capaz.

Por el camino aprenderás cosas, claro: escribir un microrrelato te enseñará a ser claro y conciso; darle estructura a un relato te ayudará a darle estructura a una escena que forme parte de algo mayor.

Pero para adquirir esa confianza de la que hablaba, lo más importante es sentirte cómodo con lo que estás haciendo. Si quieres empezar directamente con una novela porque la historia que tienes en la cabeza es lo bastante larga, ¡adelante! Detenerte a hacer «ejercicios» podría acabar convirtiéndose en un bloqueo para tu vena creativa, en lugar de un incentivo.

Empieces por donde empieces, ya lo he dicho antes: a escribir se aprende escribiendo. Los guionistas profesionales suelen decir que uno no empieza a dominar el oficio hasta que ha escrito mil páginas. Mil páginas son unos diez largometrajes escritos y probablemente inrodados (cuando no inrodables). Ya lo dijo el poeta: ¡se hace camino al andar!

 

Formato de párrafo

Sergio Mora hace un «2 x 1» de consultas. Las hoy van de formato (y aún queda una pendiente):

Mi pregunta va enfocada más a la forma que al contenido. ¿Son estas dos estructuras correctas? Si es así, ¿se recomienda usar alguna en especial?

 1. Sangría y un único salto de línea:

(Sangría) Pedro se sentó frente a mi, cogió el cigarro que tenía en la oreja y lo encendió. Cuando se aburrió salió del salón.
(Sangría) El salón era amplio, si para medirlo utilizáramos elefantes, cabrían quince o dieciséis.

2. Sin sangría, y en el punto y aparte usar dos saltos de línea:

Pedro se sentó frente a mi, cogió el cigarro que tenía en la oreja y lo encendió. Cuando se aburrió salió del salón.

El salón era amplio, si para medirlo utilizáramos elefantes, cabrían quince o dieciséis.

El formato es un aspecto muy importante de la presentación. Un mal formato puede causar mala impresión a un posible editor o agente (o a un jurado). En narrativa el formato suele ser bastante sencillo, pero por ejemplo el guión cinematográfico utiliza numerosas convenciones: existen libros enteros escritos al respecto (una simple búsqueda en Google os llevará a numerosos blogs que tratan este tema).

Además, el formato varía entre distintos idiomas. Por ejemplo, en español usamos el guión para marcar los diálogos, pero en inglés se utilizan las comillas.

Basta abrir cualquier libro de tu estantería para ver que lo habitual es usar la opción 1: con sangría y un único salto de línea. Ante cualquier duda de formato, recurrid siempre a materiales publicados de la misma índole y seguid las pautas de formato que veáis allí.

A menudo, las dudas surgen porque los libros que compramos suelen tener un tamaño A5 o inferior, mientras que cuando imprimimos algo para enviarlo a un certamen, editorial, etc., solemos hacerlo en formato A4. Cuanto más grande es la página, más necesario se hace «darle aire» al texto para que no aparezca recargado o agobie a la vista. Así, en formato A4 se utiliza a veces la opción 2, pero yo recomendaría «darle aire» al texto de otras formas: con márgenes amplios, doble interlineado, etc. El doble salto de línea se puede reservar para separar bloques mayores (fin de una escena, saltos en el tiempo, etc.).

De hecho, Sergio me hacía otra consulta al respecto:

Cuando en los certámenes literarios dicen que los relatos deben tener X páginas, ¿cómo sé el tipo de letra, tamaño y demás? Supongo que habrá alguna norma no escrita y establecida, ¿no?

Cada vez es más habitual especificar el número de palabras y no el de páginas (ahora que los procesadores de texto permiten hacer el cómputo rápidamente), y los certámenes que hacen referencia al número de páginas suelen especificar el formato. Lo habitual es tamaño de letra 12, Arial o Times New Roman, doble interlineado y márgenes (superior, inferior y laterales) alrededor de 3,5 cm (un poco más si la encuadernación lo requiere). En caso de duda, consulta las bases o ponte en contacto con la organización.

Pero sin duda lo más importante del formato es que, elijas el que elijas, debes utilizar de manera coherente a lo largo de todo el relato. No