Ya tenemos una novela escrita. ¡Enhorabuena!
Ahora, ¿qué hacemos con ella?
Revisarla, sí, claro… pero ¿y después?
Ya hemos hablado muchas veces de certámenes, editoriales, agentes y otras formas de darse a conocer. Esta vez vamos a echar juntos un vistazo a cómo está el mundillo de la publicación en digital.
Autoedición
Lógicamente las primeras plataformas que vienen a la cabeza son Amazon con su Kindle Store y Apple con la iBookStore. A la primera ya me enfrenté, y a la segunda pienso enfrentarme estos días. De ambas experiencias espero hablaros con mayor profundidad en los próximos días, pero os dejo con un adelanto: en Amazon es posible, en iTunes, no lo parece.
Sellos digitales
La gran novedad es el salto cuantitativo y cualitativo que parecen estar teniendo las editoriales o los sellos exclusivamente digitales. Planeta ha lanzado dos sellos temáticos destinados expresamente a publicar autores noveles en formato digital. Se llaman Zafiro (novela romántica) y Scyla (fantasía, ciencia ficción y terror), y en su área «Conócenos» podrás leer las condiciones para la realización de envíos. Ediciones B da un paso parecido con B de Books, pero por desgracia no ofrecen en su web ningún método de contacto para nuevos autores (al menos de momento).
Lo importante es que el mercado se mueve, y por fin las editoriales empiezan a hacer frente al gran escollo que ha sufrido la literatura en digital desde su inicio:
Los precios
Venía siendo habitual que el libro descargado resultase más caro que el impreso (sobre todo cuando el título en cuestión ya se había editado en bolsillo). Aunque a veces es preferible la edición electrónica (sobre todo por la comodidad para leer novelas de gran volumen en el bus o para llevarse varios libros de viaje), en el fondo los lectores no podemos evitar sentir que estamos recibiendo menos por más, sobre todo tras haber pagado ya un buen pico por el dispositivo lector.
Al fin, los precios en España y en el mundo parecen estar bajando. La última novela de Javier Marías cuesta en Amazon.es 18,52 € en formato impreso y 12,34 € en formato digital, un ahorro del 33%. La ley española del precio fijo se aplica para cada edición por separado, y así, del mismo modo que un título cuesta más en pasta dura que en pasta blanda, también es legal fijar un precio diferente para la edición electrónica. Ya era hora de que se hiciera. Planetadelibros parece tener siempre un precio inferior en sus ePub que en sus ediciones de bolsillo. Los nuevos sellos exclusivamente digitales van más allá: B de Books se ha fijado un techo de 9,99 euros para sus ediciones; en Zafiro y Scyla los precios oscilan entre 0,99 y 4,99 euros.
¿Va esto en beneficio o en detrimento de los nuevos autores? ¿Conocerá tu novela el éxito que conoció Amanda Hocking o será malvendida, impidiendo quizá su distribución por cauces convencionales más rentables? Es pronto para saberlo, pero las posibilidades… ahí están. ¿Las exploramos?
Hola Álex,
veo que no hablas de Bubook, no sé si es por algo en especial. Sólo conocía ese método para sacar algo, si es que un día me animara.
Otra cosa, hablas sobre novelas, ¿ el mercado de libros de relatos tiene salida aquí en España?. Mi orientación va más acorde a los relatos y no sé si sería desventaja.
Siempre me lio y no sé si este tipo de cuestiones son las que debo enviar a través del formulario de contacto. Pero como va al hilo me parecía adecuado exponerlas aquí.
¡Gracias!
Bubok es otro tema, la impresión por demanda. Nunca me ha dado la impresión (valga el juego de palabras) de que sus autores lleguen a nada (económicamente hablando). Si alguien lo ha probado, que píe.
Los relatos tienen su público, y aunque es una porción del mercado pequeña, se pueden autoeditar, claro está, que para eso eres tú el jefe ;-)
Espero con ganas tus impresiones sobre Kindle y la iBookstore :)
Lo de los sellos digitales respaldados por editoriales grandes puede ser interesante, pero me gustaría saber más sobre cómo van a promocionar los libros.
En cuanto a servicios como Bubok, sirven para imprimirse unas pocas copias para consumo privado, o para darle una copia a los amigos, pero es muy difícil vender por esa vía.
En efecto, la gran diferencia entre las editoriales y la autoedición, más allá de la criba y el pulido, es la visibilidad. Habrá que tener un ojo puesto y, quien pueda, directamente probarlo mandando alguno de sus textos.
Pienso, y contesto a Carlos, que las editoriales han de apostar todo o casi todo a los «voceros» digitales. Antes, eran los suplementos periódicos de la prensa; hoy, hay muchos blogs con «cierta» autoridad que prescriben mucho texto, mucha literatura de editorial independiente.
Los tiempos, aunque suene a frase hecha, cambian. La edición está cambiando. ¿Qué edición? ¡La puesta en el escaparate de esa novela que llevas dentro!
No obstante, soy de la opinión que siempre es necesario un editor que haga de filtro y de calidad a una colección. No, no todo lo escrito vale catalogarlo como literatura.