Muy a propósito con nuestro tema de hace un par de semanas, encuentro en Papelenblanco unas reglas sugeridas por George Orwell que no conocía:
- Nunca utilices una metáfora, un símil u otra figura literaria que veas habitualmente en los medios impresos.
- Nunca utilices una palabra larga cuando una corta sirve igualmente.
- Si es posible borrar una palabra, bórrala.
- Nunca uses la voz pasiva si puedes usar la activa.
- Nunca utilices una frase extranjera, un término científico o jerga si puedes pensar en un término habitual equivalente.
- Rompe cualquiera de las normas anteriores antes de escribir una barbaridad.
Politics and the English Language
A veces me pongo a podar un texto y lo dejo tan sobrio y tan aparentemente sencillo que me parece que ya no tiene gracia, pero tal vez sea a partir de ese momento cuando se pone interesante.
Estas notas de Orwell me han infundido mucha seguridad. Mil gracias, Alex.
A mi la que más me ha gustado es la última. A veces cuando escribes estás tan influenciado por los consejos que lo único que consigues es empeorar tu página. En cuanto a lo de podar un texto, también se puede convertir en un arma de doble filo. Una vez, Millás dijo: cuando escribes a vuela pluma un capítulo de una novela y comienzas la revisión del mismo, una de las cosas que haces es podar, cortar todo lo que sobra. Si dicho capítulo son 10 páginas, después de la revisión se quedan en 8. Pero si continúas te das… Leer más »
La cuestión, Zoe, es que un TEXTO interesante puede ser entretenido de leer un rato. Para leer quinientas páginas necesitas una HISTORIA interesante, y un texto florido es más fácil que se interponga en lugar de ayudar. Lightray, te voy a contestar con un ejemplo. Hace tiempo se creó en Granada una serie online llamada Siete Colores. El piloto duraba unos diez minutos, y arrancaba con fotos de los actores y sus nombres, durante aprox. minuto y medio. Cuando la gente se quejó en los comentarios, se defendieron aduciendo que «somos trece y tenemos que salir todos». Ese tipo de… Leer más »
Yo creo que depende también de la novela que se pretenda escribir. En»Cien años de Soledad» nos encontramos con una obra extensa, con muchos personajes, anécdotas. En realidad, podríamos decir que es la historia de Macondo, desde su fundación hasta su desaparición (ops, ya he contado más de la cuenta). Si elegimos la novela, del mismo autor, «El coronel no tiene quien le escriba» (apenas cien páginas) notamos la diferencia con respecto a la anterior. García Márquez podría muy bien haber escrito doscientas o trescientas páginas más, remontándose a los años en que el coronel estuvo en la guerra junto… Leer más »
Creo que la cuestión de la brevedad no tiene nada que ver con que la novela tenga 100 o 1000 páginas, mientras haya contenido para llenarlas. Recortar subtramas o caracterización de secundarios no es podar palabras, es eliminar contenidos.
El problema es decir con cincuenta palabras rimbombantes lo que se puede decir sencillamente en diez o doce sin sacrificar la esencia.
Otra cosa es saber cuál es la esencia de tu historia…