Sebas Martín (2) Reparto de tareas

(viene de aquí)

En el taller a veces critico que todo el mundo que sabe mover una cámara o coger un lápiz, se cree que sabe también escribir. El guión se infravalora mucho. Ese reparto del 70% dibujo, 30% guión me parece muy desequilibrado.

Es natural. El trabajo creativo del guionista es muy importante, pero se puede hacer una página de guión en 10 minutos si ya tienes la estructura clara, mientras que dibujarla te puede llevar un día o más.

Una página de guión se tarda 10 minutos en escribir físicamente pero ¿todo el proceso mental que hay detrás no cuenta? ¿No es un poco falacia decir que el guionista hace menos trabajo?

¡¡Lo es!! Para mí, aunque tarde más, dibujar una historia es mucho más fácil. Es sólo ponerme en la mesa y dedicarle horas. Lo que cuesta es crear esa historia. Pensar en el tema, la estructura, el nudo, el desenlace, dividirla en secuencias, escenas, viñetas, dialogarla. Ese es el verdadero mérito de que una novela gráfica funcione o no. Una historia mala con un dibujante excelente se venderá, pero sólo la primera, por el mérito del dibujante. Si las historias siguen siendo malas, ningún lector se interesará por ellas. En cambio, una buena historia con un dibujante simplemente correcto puede enganchar al lector entrega tras entrega.

Y estos guionistas que no dibujan, ¿cómo lo tienen para encontrar dibujantes que no estén ya ocupados escribiendo sus propias historias?

Hay dibujantes que lo intentan y más valdría que lo dejaran. Aquí no diré nombres, que no es cuestión de crearse enemigos [risas]. Pero también hay muchísimos dibujantes que no guionizan. De hecho, la mayoría. ¿Conoces la revista “Claro Que Sí”?

Sí, leí algunos números. Eran muy irregulares, pero había piezas interesantes.

Seguro que las mejores eran las de tándem guionista-dibujante.

¡Seguramente! [risas]

En la revista tenía a dibujantes INCREÍBLES que no hacían nada de guión, como Hokane o Tony Saldaña. Yo adoro el trabajo de Moebius o de Juan Giménez, por ejemplo, pero me encanta cuando dibujan los guiones de Jodorowsky.

Entre los cazatalentos cinematográficos existe una tendencia a pensar que el guionista-director va a crear obras más interesantes, más «de autor» que si esos roles los cubren dos personas distintas. Personalmente pienso que si ambos creen en la historia (si no son trabajos de encargo), es mejor que sean dos personas distintas que sepan hacer bien cada uno lo suyo. ¿Pasa algo así en el mercado editorial?

Si, es verdad lo del trabajo de autor. Pero hay tándems que funcionan muy bien y también es trabajo de autor… de autores, mejor dicho. Suelen ser guionistas y dibujantes que trabajan muy unidos, a quienes interesan las mismas cosas e historias. Los trabajos de encargo son otra cosa. Ahí interviene más la artesanía que la autoría. Pero la novela gráfica no trata de superhéroes, ni mundos suspendidos en gravedades cero o cosas de más consumo. Suelen ser más personales. Aquí, que la historia te salga de las tripas es muy importante.

(continúa)

Entrevista a Sebas Martín (1)

Estrenamos un nuevo recurso del taller, las entrevistas. Y lo hacemos charlando con Sebas Martín, guionista y dibujante de cómics. Entre sus trabajos destacan «Historias de Sitges», «Kamasutra gay» y la trilogía formada por «Estoy en ello«, «Aún estoy en ello» y «Los chulos pasan«. Ediciones La Cúpula publica este mes de octubre su última novela gráfica «Ideas de Bombero».

Sebas se prestó a compartir con nosotros sus conocimientos sobre guión, y la entrevista es tan extensa y jugosa que nos va a dar material para toda la semana. ¡Empezamos!

Álex Hernández: Antes de entrar en materia, aclaremos términos. «Algún Relaciones Públicas ha decidido que ahora los comics se tienen que llamar novela gráfica», Alan Moore dixit. ¿A ti qué término te gusta más?
Sebas Martín: Hay un gran desconocimiento del lenguaje del cómic y sus formatos. La novela gráfica es un formato concreto, de entre 100 y 200 páginas, que suele ser en blanco y negro, de tamaño parecido a un libro o una novela grande. Lo que vemos por las librerías, a color, tamaño superior a DIN A4, portada dura, a todo color y entre 40 y 60 páginas es un álbum de cómics. Pero parece que ahora el termino novela gráfica es más cool, más intelectual, como que dignifica más al medio.

Sí, parece que por llamarle «novela» se transforme de repente en «literatura».
Yo hago cómic en general, pero el formato en el que me expreso y defiendo mejor el la novela gráfica.

Sueles crear tanto el guión como los dibujos. ¿Cómo organizas el trabajo?
Me gusta viñetar mis propias historias, pero no dibujo nada hasta no haber acabado el guión de la novela gráfica COMPLETAMENTE.

¿No haces a veces sólo una mitad del proceso?
Sí, también hago guiones para otros dibujantes. Pero no dibujo cosas que no haya guionizado yo. Lo hice un par de veces y no me acabó de convencer la experiencia.

¿Qué problema tuviste?
Me costaba darle alma e imagen a personajes y situaciones que no eran mías. Para mí, como autor, el cómic es algo muy personal. Como lector es otra cosa, soy más omnívoro. Pero me costaba identificarme durante más de 50 páginas con una historia y una forma de ver las cosas que no eran las mías. Creo que no soy un dibujante que escribe sino un escritor que dibuja.

¿Y qué pasa si eres un escritor que no dibuja, pero quieres hacer cómics? ¿Hay mercado en España para la figura del guionista?
Bueno, si no tienes intención de ganarte la vida sólo con ello, adelante. De hecho, el problema de más del 70% de los dibujantes de cómics es que tienen muy verde la parte del guión. Tener un guionista a su lado les puede salvar la papeleta. De hecho, tenemos a excelentes guionistas que no saben dibujar una línea (Raulé, Josep Maria Polls, Xavier Domenech, Tony Guiral…). Pero a la hora de repartir ganancias, es ruinoso.

¿Ruinoso por qué? ¿Cómo son los repartos habitualmente?
Se gana poquísimo. Nadie vive del cómic en España si sólo publica aquí. Piensa además que el guionista, en el mejor de los casos (y eso es poco corriente) se lleva un máximo del 40%. Lo normal es 70 dibujante, 30 guionista.

Y eso si no hay colorista u otros, ¿no?
Y tanto. Si añadimos color o en el caso de las “majors” americanas que uno hace los lápices, otro entinta, otro colorea, otro rotula… imagínate. Aquí eso suena a ciencia ficción.

(continúa)