(English) Writers’ block

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Un minino de ventas

No es por hacer leña del árbol caído, pero me he reído tanto que lo tengo que compartir con vosotros. El otro día hablaba de las impresentables «nuevas editoriales» que quieren colgar vuestros libros en plataformas digitales y llevarse una comisión, por si suena la flauta de que sois el próximo boom pseudoautoeditado. Pero ¿qué editor edita sin saber poner ni las tildes?

Hoy me he encontrado otro ejemplo más divertido todavía: Ediciones PuraTinta.

Tan descuidados son en su edición que ni siquiera han quitado el nombre de la otra nueva editorial a la que han copiado los contenidos: Ediciones SeiMas (deben de ser primas hermanas… o los de PuraTinta tienen mucho morro). Algunos de los errores de la web de PuraTinta ya vienen de SeiMas, por ejemplo mi favorito, el minino de ventas. ¡Miau!

Esta metedura de pata tiene gracia, pero otras claman al cielo: «Ediciones PuraTINTA, tiene como objetivo sacar a la luz artistas del mundo literario el cual no han tenido la oportunidad de enseñar su soltura con la pluma.» La frase es pedante y parece anunciar drag-queens en vez de editores, pero aparte de eso… ¡Concordancia, por favor! Y esa coma entre el sujeto y el verbo… Escalofríos me dan. Si queréis hacemos un concurso a ver quién encuentra más errores en una sola frase. ¡Tiempo!

Resumiendo: está bien que mováis vuestros textos, pero tened mucho cuidado en manos de quién los dejáis…

Una gota de humor

Hoy quiero compartir con vosotros una nueva broma seudoliteraria de los amiguetes de El Mundo Today.

¡Espero que os guste más que la última!

Fijarse un estándar literario

En la Islandia de hace un siglo, una anciana le dicta una carta Álfgrímur.

Componer aquel documento habría de convertirse en una tarea titánica. La mujer era tan fastidiosa al elegir las palabras que me hacía tacharlo todo tan pronto como lo había escrito.

– Tira ese desastre a la basura -solía decir.

Y las pocas líneas a duras penas que habíamos compuesto quedaban relegadas al olvido. Así durante días y días. Nunca conseguimos ser suficientemente meticulosos al expresar el tipo de sobras con las que debe alimentarse a un becerro. Al anochecer estábamos tan agotados que solo nos faltaba entrar en coma; y entonces rompíamos el resultado del día entero. La mujer debía ser descendiente de Snorri Sturluson. Algo es seguro, y es que nunca nos desviábamos del modelo más estricto de la prosa islandesa. Incluso hoy día, cuando escribo algo, aún me viene a la mente esta mujer. Nunca se dio cuenta, la pobre, de que uno puede fijarse un estándar literario tan alto que se vuelve imposible emitir palabra o gruñido alguno más allá de, como mucho, un A-a-a. Estas sesiones de escritura acababan a menudo con la mujer teniendo uno de sus ataques. Yo salía del cuartucho, derrotado, con la pluma y los papeles, y cerraba la puerta.

de «El concierto de los peces«, del premio Nobel islandés Hálldor Laxness

Homenaje de El Mundo Today

 

No puedo resistirme a compartir con vosotros esta nota de humor. Hace tiempo que sigo la web de noticias falsas El Mundo Today, donde se tergiversan con humor situaciones cotidianas pasadas por el filtro del lenguaje periodístico. El titular de hoy reza:

Una web permitirá a los escritores noveles difundir su basura

Dicen que quien se pica, ajos come, así que yo me lo he tomado con humor. Pinchad en el artículo, ¡y espero que a todos os divierta también!

Y con esto y un bizcocho, me voy de vacaciones. ¡Nos vemos a la vuelta!

Cómo conceder un premio

De Plétora de Piñatas, la tira cómica de Mauro Entrialgo en el diario Público.

Excéntricos II

Ayer veíamos lo que algunas viudas hacen con el legado de sus venerables maridos. Salinger había declarado que nunca vendió en vida los derechos cinematográficos de El Guardián entre el Centeno para poder dejarle esa posibilidad a su familia a modo de herencia, pero lo de vender su retrete y escribir una carta de autenticidad ya me parece excesivo.

Pero en fin, de excéntricos está el mundo lleno, y por eso hoy traemos otro. El mancuniano Jonathan Callan ha decidido que lo de calzar una mesa está muy visto y ha buscado nuevos usos para su biblioteca. Ahora se dedica con paciencia y tornillos a construir estas obras de, ejem, arte. Perdón, es que me ha dado la tos.

No, en serio, me parece muy creativo, pero también un poco feo, ¿no?

Y tú, ¿qué es lo más raro que has hecho con un libro?