Del libro al cine, un viaje peliagudo

Copio el título del artículo publicado ayer en el diario El País. Trata un tema del que ya hablamos hace tiempo en el podcast: los intríngulis de la adaptación cinematográfica de obras literarias. La profusión de ejemplos que contiene ilustra la lucha de egos que suele suponer el proceso. El artículo es realmente interesante.

Mi opinión al respecto ya la conocéis. El objetivo de la adaptación debe ser una buena película. Si para conseguirla hay que ser fiel al libro, adelante. Pero una novela no se lee en dos horas, por lo tanto no cabe entera en un largometraje. En el instante en que se empieza a adaptar, la fidelidad es imposible. Inmediatamente se aplican dos modificadores inevitables: la tijera y el formato. Y de ahí derivan infinitos reajustes.

Intentar ser fiel es presuponerle a la novela una perfección impropia de obras humanas. Intentar ser fiel a menudo acaba por conducir a una serie de clichés que restan personalidad al film resultante: voces en off que respetan la voz narradora original en detrimento de la narración cinematográfica que debiera ser fundamentalmente visual; sobreabundancia de personajes o acontecimientos, con la consiguiente superficialidad de los mismos; falta de estructura y/o ritmo, etc. Y por supuesto, subyugar la creatividad de guionistas, directores, intérpretes y otros miembros del equipo creativo a una sola voz ajena al proceso cinematográfico es la definición de la palabra castrante.

Ciertos autores parecen olvidar que la película no sustituye a la novela. No la puede traicionar, puesto que no la reemplaza. Tampoco la completa, puesto que ya está terminada. Quizá novela y película sean primas hermanas, pero los pecados de una no condenan a la otra. Cada una tiene sus propios padres, responsables de su formación. Llevan existencias independientes.

No caigamos en el error de la cabra y comparemos lo que no tiene nada que ver.

Son incontables los ejemplos de adaptaciones libres que han pasado a la historia del cine por méritos propios, tomando sus originales literarios como inspiración y no como palabra sagrada. Ahí está el «Apocalypse Now« de Coppola, que respira los aires de «El Corazón de las Tinieblas« de Conrad pero los sopla sobre otras tierras. Ridley Scott apenas debía acordarse de qué iba el «¿Sueñan los Androides con Ovejas Eléctricas?« de K. Dick cuando finiquitó «Blade Runner«, a juzgar por su escaso parecido. El autor de la novela «Alguien voló sobre el nido del cuco« demandó a los productores por cambiar el punto de vista. Los fans de «El Señor de los Anillos« chillaban ante la aparición prematura de Arwen o la ausencia de Tom Bombadil. Al pensar en Hitchcock, ¿cuántos se acuerdan hoy de que «Psicosis« está basada en una novela «pulp» de Robert Bloch, o de que «La Ventana Indiscreta« , «Vértigo«, «Extraños en un Tren«, «Rebecca«… son todas adaptaciones literarias? Kubrick y Clarke escribieron juntos el guión y la novela de «2001: Una Odisea del Espacio« respectivamente, pero cada uno especializó su obra siguiendo derroteros totalmente diferentes. Estas enormes infidelidades no impiden que estos títulos se encuentren entre las mejores películas de la historia del cine. Y eso, queridos amigos, no hay escritor egocéntrico que lo discuta.

De compras:
«Apocalypse Now Redux« adapta «El Corazón de las Tinieblas« de Joseph Conrad.
«Blade Runner« adapta«¿Sueñan los Androides con Ovejas Eléctricas?« de Philip K. Dick.
«Alguien voló sobre el nido del cuco« adapta la novela de Ken Kesey.
«El Señor de los Anillos« adapta las novelas (La Comunidad del Anillo, Las Dos Torres y El Retorno del Rey) de J.R.R. Tolkien.
«Psicosis» adapta la novela corta de Robert Bloch.
«La Ventana Indiscreta« adapta el relato de Cornell Woolrich.
«Vértigo (De entre los muertos)« adapta la novela de Pierre Boileau y Thomas Narcejac.
«Extraños en un Tren« adapta la novela de Patricia Highsmith.
«Rebecca« adapta la novela de Daphne Du Maurier.
«2001: Una Odisea del Espacio« se escribió paralelamente a la novela de Arthur C. Clarke.

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Javi

Me sorprende lo que dices de «Alguien voló sobre el nido del Cuco», es de mis novelas favoritas, y de mis películas favoritas, y creo recordar que ambas eran idénticas, cosa que me sorprendió.

Miguel Moreno Baladrón

También es un buen ejemplo la peli de «El Padrino». No me he leído la novela, pero la peli es de largo más conocida.

Álex Hernández

Javi, según IMDB y Wikipedia, el autor Ken Kesey no estaba de acuerdo con que la película no estuviera enfocada desde el punto de vista de Bromden. Parece ser, además, que quería a Gene Hackman para el papel de Jack Nicholson.
Y «El Padrino» es otro ejemplo de peli tan bien hecha, que a todo el mundo se le olvida que está basada en una novela. Incluso a mí se me olvidó ;-D

JorgeA

Recuerdo haber visto la película Crónicas Marcianas y me aburrí muchísimo. El libro, en cambio me fascina.